Opinión

VAR que no va

LO QUE prometía ser solución, comienza siendo un problema. El VAR, videoarbitraje o árbitro asistente, sistema nacido para corregir/auxiliar a los colegiados en los campos de fútbol, empieza por no conducirse con la competencia que se le presuponía para garantizar la corrección de la duda. Una veces porque las grabaciones registradas de jugadas conflictivas salen desmochadas y otras porque quienes deben de interpretarlas tienen, por lo que sea, las mismas dudas o las mismas intenciones que tenía el árbitro, y los veredictos son igualmente controvertidos, cuando no sospechosos. Una de los últimas decisiones con visos de pelotera arranca del gol concedido al barcelonista Luis Suárez, precedido de falta clara a Cuéllar, en el partido frente al Leganés, contratiempo, este y otros, que hacen dudar muy seriamente de la eficiencia del artilugio, salvo que sus operadores lo vayan puliendo. Lo que es sospechoso, reproche de los mal pensados, es que casi siempre se equivoca en contra de los equipos más frágiles, favoreciendo a los poderosos, que con máquinas o con hombres, siempre llevan las de ganar. Es muy de lamentar que lo que afloraba como un remedio se malogre en los primeros compases.

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