Opinión

Victimismo

A VECES, el hecho de que uno se flagele considerándose negado para alcanzar una determinada posición en la vida, o que alguien le augure el fracaso, en lugar de cohibir, activa el efecto psicológico de superación, alejando aprensiones y temores. Sobre el papel, y a juicio de los no optimistas, España comparece esta noche en Wembley en inferioridad de posibilidades respecto a la selección italiana, pero vistos sus titubeantes comienzos, pocos confiaban en el equipo de Luis Enrique y ahí está en semifinales, aunque por los pelos, quedando en el camino favoritos como Francia, Bélgica, Alemania... En realidad se trata de dos equipos renovados, la nueva España y la nueva Italia, en las que se esconden reacciones y evoluciones imprevisibles, para bien o para mal. Lo dicho, que la remozada Roja se presente en Londres con menos facultades teóricas de acariciar el pase a la final debiera suponer un acicate y una exaltación moral para redoblar el esfuerzo y demostrar que es capaz de aspirar al triunfo final como cualquier otro aspirante. Depende, claro, de muchas cosas, desde el acierto de los jugadores, hasta los travesaños, decisiones arbitrales o la fortuna, algo consustancial en cualquier partido de fútbol, aunque el de hoy sea diferente. Suerte.