Opinión

El mundo se desmorona

YA ESTÁ bien de llenar páginas y páginas de medios escritos con comentarios banales y piezas cómicas que no responden a la acuciante necesidad de, no sé, ¿repuestas?, por parte de los cronistas de un sociedad que se desmorona. Lo hace lentamente, en eso todos deberíamos estar de acuerdo tras veinte siglos (por lo menos) de derrumbe incontrolado, pero eso no quiere decir que no debamos preocuparnos. Servidor se preocupa todos los días, de hecho me he convertido en un experto en el arte de la preocupación. Lo sé todo sobre el tema. Me puedo preocupar de modos y maneras que usted ni se imaginaría, a cualquier hora del día y de la noche. Soy el Amancio Ortega de la preocupación aunque no gane ni un duro con ello. Consigo fabricar preocupaciones con una facilidad inusitada.

Decíamos que llega la hora de dedicar menos líneas a pasar el rato y más a la acuciante necesidad de respuestas, o lo que sea que necesitemos. Esta es otra de las principales preocupaciones que me asedian: no saber qué rayos podemos hacer ante el permanente desmoronamiento económico, social, moral, intelectual y todo lo que acaba en tal, de nuestra sociedad. Pero lo que sí que está claro es que no podemos ir por ahí como si la vida fuese una prolongación de un programa de humor como El Intermedio, una especie de El Intermedio full time, sin parar siquiera para las tres comidas de rigor.

Es cierto que Demócrito dijo que la risa te hace sabio, y quiénes somos para contradecir a Demócrito; pero claro, el filósofo griego vivió cuatrocientos años antes de Cristo y seguramente por aquel entonces el mundo apenas comenzaba a desmoronarse. Así cualquiera es optimista. Le llamaron «el filósofo que ríe». Me acuerdo de él cuando como quesitos, pero no se debe hacer propaganda, por lo que he optado por la propaganda encubierta.

Lo cierto es que cada día suceden cientos de miles de cosas y la mayoría de ellas contribuyen a asustarnos cada vez más. Las redes sociales contraatacan con memes, videos, citas, fotos, etc que quieren ser graciosas, quieren sacarnos una sonrisa, pero no pueden hacer olvidar los grandes titulares: EL MUNDO SE DESMORONA y otros por el estilo. Se trata de un desmoronamiento de tipo físico y espiritual, es un desmoronamiento deluxe (o premium, como se dice ahora). Usted está tan pancho mientras le llega al móvil un meme de Abel Caballero disfrazado de Gusiluz y, mientras, la Antártida se va a la mierda, con perdón (puede que esté usted comiendo). (¿Cómo puede estar usted comiendo ante la lectura de estas severas palabras? Es usted un inconsciente. Otro más).

Es increíble la resistencia que tanta gente manifiesta ante la poderosísima necesidad de preocuparnos. Gente que reacciona en la vida real como Gabriel Rufián en la política. O sea, no es que la política no pertenezca de todo a la vida real, porque un poco sí. Queremos decir que hay mucha gente que se apunta al cachondeo ya que lo que verdaderamente ocurre es que carece de soluciones para el paro, el cambio climático, las avispas velutinas, la violencia de género, etc. Gente que se lo toma todo a risa, incluso los grandes temas, los TEMAS con mayúsculas, los temazos. Habrán notado que en último párrafo aparece cuatro veces la palabra «gente». Eso es compromiso y no lo de Ciudadanos. En general, ningún partido político está lo suficientemente comprometido con otra cosa que no sea su supervivencia. Esta es otra de mis habituales preocupaciones. Y cada vez es mayor porque cada vez hay más partidos políticos. Esto les provoca unas crisis de identidad que no son buenas para nadie, ni para ellos ni para nosotros. Además luego tienen que ponerse a negociar y aquello acaba pareciendo un black friday cualquiera.

En fin, reiteramos lo dicho más arriba, que es lo que solemos hacer todos todo el rato. No se puede estar jijijajá mientras la vida se nos va por el sumidero. Confieso que en alguna ocasión también he cedido, desde este humilde rincón, a la tentación de banalizar nuestros problemas. A día de hoy he decidido comprometerme con mis múltiples preocupaciones y darle la espalda al viejo Demócrito, al Gran Wyoming y al creador de los memes de Gusiluz.

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