Opinión

Outubrofest

EN LA actual edición se cumplieron diez años desde que el Outubrofest echó a andar en Marzo del 2009 (echen cuentas y verán como son diez). Claro que esa andadura fue sin moverse del sitio (la plaza del Teucro) y ahora alguien tenía que salir aquí a recordarlo, celebrarlo, brindar y emborracharse. Salvo por esto último, que no está el cuerpo para según que trotes, aquí estamos. Ahora vengo yo. A cantar distinto. Con mi estilo especial de palabras y ritmo. Y si de paso hacemos un homenaje al increíble Gato Pérez, ¿quién se podrá resistir? Ni lo intenten, pues.

El Outubrofest sitúa cuatro de sus cinco jornadas en Noviembre, pero mantiene su denominación por dos poderosas razones. En primer lugar, porque así hacemos las cosas por aquí, qué pasa. Y la segunda, para mantenerse en la tradición de la famosa fiesta de Munich. En la celebración bávara también se degustan salchichas y se bebe cerveza. La diferencia entre las fiestas alemanas con cerveza y las nuestras es que ellos terminan cantando canciones alemanas. Nosotros solemos arrancarnos con tonadas del folcore gallego a las que algún caprichoso denominó un día genéricamente gallegadas sin que hubiese nadie que le diese un soplamocos a tiempo. Jamás se nos ha dado por ponernos a cantar en alemán. Somos así.

La diferencia entre las fiestas alemanas con cerveza y las nuestras es que ellos terminan cantando canciones alemanas

El Outubrofest arrancó en 2008 como una iniciativa del Pontevedra Rugby Club, que había surgido solo tres años antes como una escisión del Mareantes RC. El Pontevedra RC dedicó especial atención a la cantera y consiguió llegar con el equipo cadete a la final de la Copa Galiza 2010, que se llevaría el CRAT de A Coruña. El equipo senior se ha mantenido siempre en la primera división autonómica y en 2016 disputó la final de la Copa Xunta ante Os Ingleses RC de Vilagarcía de Arousa, que ganaron estos. Esta es una elogiable característica del club: su ambición llega hasta la disputa de finales, que luego ceden ante la superior codicia de sus rivales, pobres.

Otra característica es el espíritu emprendedor, que lleva a sus directivos a devanarse los sesos para descubrir fuentes de ingresos que mantengan a flote los equipos en sus distintas categorías. Eso fue lo que les hizo poner en marcha esta fiesta cervecera y salchichera, con gran regocijo de la ciudadanía pontevedra que año tras año abarrota la carpa de O Teucro solo por ayudar al rugby. El amor al rugby brota en presencia de la buena cerveza y de las kilométricas salchichas que sirven los voluntarios del Pontevedra Rugby Club y esta cita se ha vuelto tan popular como el Samaín, en cuya fecha coincide con puntualidad anual, como ya se ha dicho.

El caso es que este año nos presentamos en la carpa el primer día mi señora y yo, dispuestos a dejar constancia de nuestro indubitable compromiso con el deporte pontevedrés en general y con el rugby en particular. Recién abiertas las puertas, o sea, los huecos en la lona de la carpa, coincidimos en el lugar con los representantes del concello, que estaban celebrando con los organizadores el brindis inaugural. Faltaban los del PP y los del PSOE, sin duda consternados por la enésima subida del peaje de la AP-9, propiciada por la nefasta gestión de sus partidos. Los sentimientos de culpa y la espuma de la cerveza nunca se han llevado bien y es mejor que así sea.

La comida y la bebida es servida por voluntarios, progenitores y familiares de los chavales de un club que tiene equipos en todas las categorías, comenzando por los cuatro y cinco años. Los monitores y entrenadores son voluntarios también e igualmente los componentes de la junta directiva, que preside Félix Álvarez. Este trabajo con los equipos de base ha constituido desde el inicio el santo y seña del equipo y esa vocación se refleja en la creación hace un par de años del trofeo Máis que rugby, que el Pontevedra Rugby Club otorga a otro club deportivo pontevedrés que haya destacado en el trabajo con la cantera. Este año ha sido premiado el club de baloncesto CAB Pontevedra, que ha recibido en la última jornada de la fiesta un trofeo conmemorativo y una salchicha de tres metros. De modo que felicidades a los galardonados y a por otros diez años más de Outubrofest.

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