Opinión

El milagro inglés

El gol de Lampard en Suráfrica 2010 que no subió al marcador. ARCHIVO
photo_camera El gol de Lampard en Suráfrica 2010 que no subió al marcador. ARCHIVO

Inglaterra lo tiene todo para ganar este Mundial, pero hay un problema: es Inglaterra, así que salvo milagro no ganará. Le paso algo parecido como al Benfica en competiciones europeas, con una diferencia; el equipo portugués al menos sabe por qué no gana, que es por culpa de una maldición.

"Sin mí, el Benfica nunca más volverá a ser campeón de Europa", dijo el técnico húngaro Bela Guttman tras ser despedido después de pedir un aumento de sueldo. Con él en el banquillo había conquistado dos (1961 y 1962), desde entonces ha perdido cinco finales (y tres de la Copa de la Uefa/Liga Europa).

Inglaterra cuenta con un único título de selecciones, el Mundial 66, el que jugó en casa, el del gol que no entró de Geoff Hurts en la prórroga de la final ante Alemania (bien es cierto que metió otros dos totalmente legales). La explicación de la sequía por la que atraviesa desde entonces no hay que explicarla desde el más allá, sino desde el más acá. En la mayoría de los casos se debió a contar con equipos muy limitados. 

No es el caso actual. Semifinalista en Rusia 2018 y finalista el la Eurocopa de 2020, Inglaterra tiene una de las mejores plantillas que se presentan en Catar. ¿Qué pasará entonces para que no gane? Pues cualquier cosa. ¿Se acuerdan del gol de Hurts del que hablábamos? Les cuento.

Wembley, 1966, final del Mundial, prórroga (2-2). Hurts remata, el balón da en el larguero y bota en la línea. Los ingleses lo celebran, el árbitro duda, consulta con el linier y este, totalmente convencido, dice que es gol. Alemania busca el empate y poco después Hurts, en una contra, marca el 4-2. Inglaterra campeona.

Estadio Free State de Bloemfontein (Suráfrica), 2010, octavos de final. Alemania es mejor que Inglaterra, se pone 2-0. El equipo británico tira de orgullo, recorta distancias y, antes del descanso, Lampard empata con un golazo, pero el juego sigue. El remate del jugador del Chelsea toca en el larguero y bota medio metro dentro, pero el portero germano, Manuel Neuer, agarra la pelota y saca en largo sin dar lugar a discusiones. El partido finaliza 4-1.

El fútbol es lo que es porque siempre cabe la posibilidad de que un día te puedas quitar el puñal que llevas clavado en la espalda, aunque haya que esperar media vida. Por eso los aficionados del Benfica no pierden la esperanza 60 años después de levantar la última Copa de Europa. Por eso hasta es posible que Inglaterra sea campeona del mundo en Catar. ¿Acaso no creen en los milagros?

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