Opinión

🖋 ¿Otra vez, Diego?

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¿Otra vez, Diego? ¿Otra vez te has muerto? Ya está bien de gambetear a la vida, Diego. Déjate de joder. Ahora dicen que ha sido por culpa de un paro cardiaco, como si un fallo en el corazón pudiera acabar contigo. Llevas más de 20 años muriéndote y no te mueres nunca, nunca te morirás. Se mueren los futbolistas, pero Maradona no, porque hay un Maradona en cada golazo, en cada regate que deja a alguien atrás en una pachanga, en cada barrio, en cada patio de recreo.

¿Sabes, Diego? Todo el mundo habla hoy de tus goles, de las copas que ganaste, de la droga que te metiste, de los corazones que rompiste, de las piñas que repartiste... ¿Será porque te has muerto? No creo, se lleva hablando de eso a diario desde que te pusiste la camiseta de Argentinos Juniors con 16 años y empezaste a repartir felicidad.

Me dicen que es cierto, Diego, todo el mundo asegura que te has muerto... ¡qué ingenuos! Como aquella vez que tu familia te lloraba en la sala de espera de un hospital y al rato apareciste andando por el pasillo lleno de cables que colgaban de tu cuerpo. ¿Es este otro de tus trucos? Tal vez sea uno como la mano que le metiste a los ingleses en el 86 poco antes de firmar el gol de todos los tiempos. Aquello fue por los pibes que murieron en Las Malvinas, por cosas como esa en Argentina caminarás siempre sobre las aguas. Y tú con la joda de que estás muerto.

¿Y el día de los brasileños en Italia 90? Aquella tarde tenías el tobillo como un pomelo y Valdo, Careca y compañía os estaban bailando, pero te bastó una pelota en medio campo, una pincelada, para dejar solo al Cani y convertir el país entero en un carnaval que aún no se ha apagado del todo. 

20100627-634132752007707500Por eso te dejaron ser seleccionador en el Mundial 2010. A ti no se te podía decir que no. Por cierto, fue allí donde vi la imagen con la que te recordaré el día que te mueras. Ya ves, yo que te conocí en el Mundial 86 siendo un niño y que no te perdí de vista desde entonces me quedo con una escena en la que sales de traje y corbata, como si no tuviera donde elegir. ¿Te acuerdas con qué pasión vivías los partidos en aquel banquillo? Más que cuando eras jugador. Los abrazos que te dabas con tus ayudantes, con tus jugadores, con Messi, que dicen que es Maradona todos los días. Ya ves, lo máximo a lo que puede aspirar es a ser como tú... 

Ah, perdona, me olvidaba de comentarte la imagen que jamás olvidaré. Fue en el partido de octavos de final contra México. Ganabais por 3-1 y se acercaba el final, así que me preparé para ver tu celebración por el pase a cuartos, que se presumía desaforada. El árbitro pitó el final y las cámaras se fijaron en ti, todo el banquillo saltó por los aires, pero cuando ibas a estallar de alegría la pelota, tu amiga, se cruzó en tu camino. Y no le podías fallar. Te acercaste a ella y, con una media sonrisa, la acariciaste una vez más. 

Golpeando el balón con la zurda como nadie lo ha hecho jamás, así te recordaré el día que te mueras. Porque no te has ido, ¿verdad? La gente que vive en los posters está por encima de cosas tan banales como la muerte. Apuesto a que se trata de otro truco de los tuyos... ¿Otra vez, Diego?

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