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Quizás algo sí está cambiando

EL EURODIPUTADO polaco Korwin Mikke y la organización española Hazte Oir tienen demasiado en común. El racismo, sexismo y antisemitismo del primero combinan a la perfección con la arrogante homofobia del segundo.

El primero ha defendido su discurso en el mismísimo Parlamento Europeo este mismo miércoles durante el debate sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres, que es del 16% de media en Europa mientras que en España llega a un humillante 18,8%, justificándolo mediante estas palabras: "Por supuesto que las mujeres deben ganar menos que los hombres, porque son más débiles, más pequeñas y menos inteligentes". Los segundos, exhibiendo el autobús de la vergüenza nos avisaban a los padres (por si teníamos alguna duda) de que "Los niños tienen pene y que las niñas tienen vulva. Que no nos engañen" Así, sin más, como si no hubiésemos visto ya Poli de guardería.

A mí siempre me han engañado. He conocido a hombres con pene que resultaron no tener huevos y a mujeres con vulva con más huevos que muchos hombres. Pero esa es otra guerra.

Tras el discurso aterrador del primero, la eurodiputada por el Psoe Iratxe García fue la encargada de pedir indignada la palabra para contestarle: "Mire, señor diputado. Yo aquí vengo a defender a las mujeres europeas de hombres como usted". 

Ante la ridícula afirmación de la organización Hazte Oir, el Ayuntamiento de Madrid tras la respuesta contundente de instituciones, partidos, sindicatos y asociaciones rechazando dicho eslogan tránsfobo prohibió de forma cautelar la circulación del ahora famoso "autobús de la vergüenza". Críticas a las que también se ha sumado la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, declarando abiertamente que el autobús de Hazte Oir "es impresentable".

Tras leer mi manifiesto en contra de la reforma de la Ley del Aborto promovida por el exministro Gallardón, un "compañero" afirmó que en realidad no había entendido bien lo que se estaba votando. Esa misma tarde una periodista me preguntó si quería responder ante tal acusación sobre mis capacidades intelectuales. "Nadie debería dudar nunca de la inteligencia de una mujer" alcancé a responder. Pocos meses después Gallardón dimitió y su apuesta resultó ser unos de los mayores fiascos políticos de la legislatura.

Al tal Korwin le espera una sanción ejemplar por sus despreciables declaraciones e incluso la suspensión temporal del cargo. El autobús de la vergüenza se encuentra paralizado como mínimo hasta que la Fiscalía se pronuncie.

Quizás algo sí está cambiando.

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