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Ese reflejo es la verdad

Título: Criminal Justice.
Creador: Peter Moffat.
Reparto: Ben Whishaw, David Westhead, Juliet Aubrey.
Cadena: BBC One.
Calificación: ●●●○○

E S COMO mirarse en un espejo. Te ves a ti, sin embargo, o no eres exactamente tú o eres demasiado tú. Pongamos que has tenido un día de esos de tirar a la basura. Cometes el error o tomas la sabia decisión de asomarte al espejo de cuerpo entero que hay en tu habitación. A simple vista, ahí hay alguien que se parece a ti cuando estás enfadada. Los brazos caídos hablan de hartazgo. Son miembros cansinamente aferrados a un tronco pasivo, falto de interés. Las manos, por el contrario, se adivinan en tensión; la derecha se cierra dibujando un puño que puede significar violencia contra los otros o contra una misma; la izquierda se apoya en el muslo y se diría que está buscando una cierta relajación que no encuentra en el otro lado, de no ser por la presión con la que las yemas de los dedos claramente empujan la carne y dibujan concavidades en la superficie. En tu cabeza irrumpe El rapto de Proserpina, esa escultura que muestra la violencia de un acto con una mano en una pierna. Inmediatamente piensas en el arte y en cómo ayuda, aunque lo complique todo. La rigidez remite un ápice. Subes hacia el rostro. Ese gesto de la boca te caracteriza, define una parte de tu personalidad, los labios contraídos, incómodos, marcando unas líneas en las facciones que, sin que pase mucho tiempo, se convertirán en arrugas. De expresión, pero arrugas. Después los ojos. Desafían, quizá condenen. Ahora mismo a ti. Que eres la que estás delante. Te reconoces y no. Te sabes enojada como otras veces y de pronto te sientes ligeramente ridícula de tanta seriedad. El ceño fruncido indica que la irritación no se acaba en tus ojos brillantes. Para verlo todo hay que verlo todo.

Es tu imagen pese a que no eres tú exactamente. Para reflejarte en tu complejidad deberías mirarte al espejo de cuerpo entero que hay en tu habitación la totalidad de los días y de las noches. Las pequeñas transformaciones, en el cómo y en el cuánto, estarán ahí aunque no siempre en el mismo instante.

Ahora situemos el espejo delante de la televisión y escojamos una serie. Criminal Justice, por ejemplo. Aquella de un joven condenado —se supone que injustamente— por asesinato. En el reflejo tenemos The Night Of. La original y, si seguimos con la metáfora, la de carne y hueso, es la británica. Con un protagonista conocido, bastante de moda, y só- lido en su interpretación.

Una serie que funciona. Muy inglesa, formal en su discurso y eficaz en el guión. La imagen que se revela es esa serie y no. Es Criminal Justice enfadada. Es Criminal Justice desencantada. Es Criminal Justice en su complejidad.

Si observamos la postura corporal, vemos la tirantez de los músculos que se traduce en un protagonista de origen paquistaní (el desafío eterno de una integración ficticia en una sociedad hipócrita).

Si seguimos subiendo, vemos un rostro que cambia en cada capítulo, a medida que conoce, a medida que se adapta, a medida que se rinde. En la pantalla hay un personaje demasiado inglés con ausencia del conflicto de la integración. En la pantalla hay alguien que no está en ese momento en el espejo. Y en el espejo habita alguien que permite llegar a un mirar más profundo. Con el detenimiento de un experto en el lenguaje corporal y todas sus respuestas. La luz en los ojos es distinta porque brillan cosas diferentes. En Criminal Justice brilla —algo —la injusticia, en The night of brillan la injusticia, el rencor, la decepción y la duda. Elementos que consiguen que la imagen del espejo sea más verdad.

Bienvenidos al paradójico mundo de las versiones televisivas. Nunca idéntico instante.

Cambiar es bueno siempre


No sé ustedes, pero yo, les confieso, estoy encantadísima con el traspaso de poderes que se ha materializado en Telecinco. En el Gran hermano número diecisiete ya no va a estar Mercedes Milá porque dice que quiere buscar nuevos retos y cambiar de póla. A mí me parece bien. Que una se abotarga siempre con la misma historia. También dice que va a estar en un programa de libros, cosa que resulta súper apasionante. Yo lo espero con pasión desbordada. No quepo en mí. En serio.

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