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Humor inteligente y negro

Título: Insecure.
Creadores: Issa Rae, Larry Wilmore.
Reparto: Issa Rae, Yvonne Orji, Mason McCulley.
Cadena: HBO.
Calificación: ●●●○○

LO QUE más me gusta de esta serie es la mirada. No especialmente el tema, no especialmente la historia ni la protagonista. Sí la mirada. Ese descaro que existe en la mirada. Porque lo que nos cuenta ‘Insecure’ es lo que le ocurre a una chica joven, negra e insegura, como reza su título. Y a su entorno cercano, también personas que dudan, a las que superan sus miedos y su falta de decisión. Nada nuevo. ¿Dónde está la valentía, entonces? En poner en el centro del discurso el hecho de ser personas negras. (En todos los artículos leídos sobre esta serie hablan de personas afroamericanas, para evitar el término). Hay negros, en la serie, y hay blancos, pero muchos menos, y actúan de contrapunto. Lo que me gusta es que, hasta ‘Insecure’, nunca habíamos visto una serie así. En general el asunto va así: o todo negros o todo blancos y rara vez hay mezcla; cuando la hay, cada grupo suele acabar yéndose a su rincón a disfrutar de su propia compañía. En esta serie los negros son los protagonistas pero es que precisamente es el rasgo que se quiere destacar. Ser negro es distinto que ser blanco y esa diferencia es la que se subraya, con humor, con exageración -que es un recurso complejo de manejar y que está bastante bien resuelto-, con desparpajo. Acentuar la diferencia supone resaltar los tópicos y observar la realidad desde otra perspectiva. Mirar así es inteligente. Es como separar un mundo y meterlo en un laboratorio. Para observar y analizar. Y después comprender para empezar a mirar de otra manera. Los blancos que intervienen en los distintos capítulos son los extranjeros. Extraños seres que salen de no se sabe dónde y que parecen estar de más. Tienen (tenemos) otro lenguaje, otro comportamiento, otras vidas. Muy sugestiva la idea porque ese enfoque tan exagerado viene a decirnos, precisamente, que por mucho que nos empeñemos en destacarnos del otro, acabamos siendo exactamente igual. Viene a decirnos que esa obstinación -aguda y peligrosa- en marcar diferencias para después crear ficticias ideologías sobre superioridades humanas puede llevarnos al colapso.

Luego está la bienvenida diversidad. Y dentro de ella, la agrupación natural de unos y de otros, en multiplicidad de estilos. Y qué bonito es eso de ir saltando de comunidad en comunidad. Cuánto se aprende y qué poco debería costar (aunque ya sabemos que aun ocurre). Sin embargo, en ‘Insecure’, no se habla de diversidad, ni de integración, ni de incorporación de todos a un todo, sino que lo racial es el centro mismo de la narración y de ahí parte lo demás, a partir de ahí, se desarrolla el argumento.

La comicidad viene dada por la diferencia para acabar diciendo que, en el fondo, todos somos iguales. Son ocho capítulos en los que la vida de la protagonista se despliega de un modo narrativamente sencillo y en los que no existen florituras audiovisuales. Una joven treintañera -negra- con dudas existenciales. No sabe si ir o venir, si pararse o echarse a andar. Con una pareja en situación similar y una amiga ídem. Quizá sea necesario tener treinta y pocos años para identificarse de verdad con esos personajes. Pero, desde luego, lo que no es imprescindible es ser negro para entender la profundidad de las dudas, de los miedos, de la confusión paralizante con respecto a un futuro incierto y a veces aterrador. Y ese es el tema de la serie, la incertidumbre individual y sus consecuencias, y sus derivas, como proyección hacia una duda colectiva, más grande, más problemática, más difícil de abordar.

Distinguiendo lo negro se distingue lo humano. Y eso es inteligente.

Un nuevo modo de habitar
Soy fan de los fans de las ‘minicasas’. El canal Divinity nos ofrece un programa que se llama tal que así. Está de súper moda. Resulta que tú vives en una casa de doscientos metros cuadrados, con jardín y barbacoa, tu marido y tus tres retoños y decides, un día que te levantas estupenda, mudarte a una minicasa de treinta. Y eres feliz porque aunque llegas a ver que el cambio es profundo, también ves que tiene sus ventajas, estás más cerca -muchísimo más- de tu familia.

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