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Penetrar en lo insondable

Título: THE FALL 3ª T

Creador: Allan Cubitt

Reparto: Gillian Anderson, Jamie Dornan, Bronagh Waugh

Cadena: BBC

Calificación: 4/5 

NADA HACE pensar que el asunto de ‘The Fall vaya a acabar bien. Hoy [por el pasado sábado] se emite el final de la tercera temporada y, probablemente, nos quedemos con la mirada perdida durante un rato, buscando más explicaciones. Nada de lo que pueda ser dicho en esta serie –ni en el mundo– satisface la necesidad natural (aunque bien es verdad que es más inherente en algunos que en otros) de dar respuesta a todos los porqués que nos habitan. Por qué hay sádicos asesinos que encuentran placer en torturar hasta la muerte a mujeres. Qué tipo de placer es ese que destruye y aniquila. Por qué a mujeres. Por qué a esas mujeres. Qué clase de perversa emoción proporciona un estrangulamiento y otro y otro más. 

La serie The Fall se adentra en las motivaciones de un asesino a través de su búsqueda y captura y lo que muestra no son respuestas, sino, como todo lo bueno, más preguntas. Y, sobre todo, lo que plantea con gran sutileza, es lo difícil que resulta escapar de esa red relacional que se va formando a partir de la detección, identificación y posterior persecución de una persona que, aparentemente, es un feliz esposo, padre de familia y excelente profesional que, en sus noches más inspiradas se dedica a secuestrar, torturar y asesinar a mujeres –hasta ese momento– libres para elegir, libres para soñar, libres para tomar decisiones acerca de su propia vida. El entramado de seres humanos a los que afecta la existencia de un asesino crece y se enmaraña hasta lugares en los que el final es imposible. 

No solamente se trata del dolor de las víctimas que extiende sus raíces a todos a los que ellas quisieron –esos amores rotos así, no se reconstruyen con otro futuro– sino que también se toca a aquellos que integran el elenco de perseguidores, que luchan por entender dando vida a todo lo que él mata, recomponiendo piezas de una personalidad sin respuesta posible. Todo ese grupo está representado significativamente por la protagonista de la serie, inspectora de policía, que dirige la investigación y la caza de dicho asesino. Su captura es el resorte que impulsa –de modos irrefrenables, a veces despiadados, otras veces más sutiles– su universo interior, que desata sus propios miedos, sus propias angustias, que genera identificaciones y rechazos y emociones extrañas, incomprensibles y siempre dolorosas. 

Ese "'no entenderse"’ del personaje principal es la baza clave con la que cuenta la serie para salirse de los cánones marcados y claramente definidos por las historias criminales. Lo que, en un principio, es un relato policial al uso, deviene en una búsqueda del yo, por parte de la mujer que debe encontrar al asesino y vengar a las víctimas. Ese ser duplicado, fascinado por la inteligencia y la maldad de su perseguido, se convierte en su propio extrañamiento, en alguien que ya no siempre se reconoce y que ha de aprenderse de nuevo, a partir de esa investigación. 

Hay una ralentización del ritmo muy notoria en esta tercera temporada con respecto a las anteriores, hay un gusto por el detalle, por la mirada microscópica. Aquellos que esperan una continuidad de planteamiento en la forma no lo van a encontrar, persiste aquí una acción muy pausada, para fijar la atención en otro foco: son las historias escondidas las que cuentan ahora y su amenaza la que inquieta y, por momentos, aterroriza. La luz ahora descubre de modo feroz los disfraces de los seres. 

Es, lo que está debajo de lo que ya vimos, lo interesante, lo que palpita por salir o por hundirse cada vez más en lo oscuro de cualquier alma atormentada. Esa que todos, más o menos, llevamos dentro.

Qué estilazo, qué glamour

HOLA PRECIOSOS. Hola bonitos. A partir de ahora, quiero ser "influencer" de moda, estilos y tendencias. Estoy súper feliz –mucho amor para todos– porque mis profesores van a ser Cristo Báñez, Dulceida y Madame de Rosa. Todos son tan súper estilosos y me van a enseñar tanto, que no quepo en mí de la emoción. Gracias por cumplir mis sueños, chicos, de verdad, al fin voy a dejar de ser choni. (‘Quiero ser, un programa de Divinity que te cambia la vida, o sea, de verdad).

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