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Tele-repulsión asegurada

Título: UnReal.
Creadoras: Sarah G. Shapiro, Marti Noxon.
Reparto: Shiri Appleby, Constance Zimmer, Craig Bierko.
Cadena: Lifetime.
Calificación: ●●●○○

SI SE aguanta el tirón del piloto, aquí tenemos una serie que combina lo desagradable del tema con lo interesante del planteamiento. Nada hace pensar que nos va a gustar. Y es que la historia nos mete de lleno en los entresijos de producción de un reality que en nuestra televisión vendría siendo el programa Millonario busca esposa. Con un ritmo acelerado, la cámara se mueve aquí y allí, siguiendo las cámaras del propio espacio televisivo y llevándonos al lugar en el que se está cociendo todo. Ese es el plano con el que la audiencia se dispara, con el que el programa gana su permanencia. La eterna búsqueda de esos instantes es la razón de ser de todos los que trabajan ahí. La esencia del reality es atrapar el morbo y prolongarlo el mayor tiempo posible, ahondar en lo escabroso, en lo indecente, y repetir la fórmula tanto como se pueda. Tanto como dé el estómago. Claro, a veces no sale, y entonces hay que provocarla. Son los momentos que producen más repelencia en el espectador -el espectador que no es fan de los realities, se entiende- y, asimismo, en la protagonista, que se tambalea peligrosamente entre un comportamiento con ciertas pautas morales y otro absolutamente desprovisto de ellas. Mientras esta pobre mujer avanza un poco a tientas en esa realidad paralela, su jefa es, para ella, su estímulo. Es, al mismo tiempo, un ejemplo a seguir y una meta de la que huir. Constantemente angustiada por los índices de audiencia, cada programa de telerrealidad es, bien un nacimiento, bien una muerte, sin posibles términos medios, sin oportunidad de respiro. Este otro personaje, que comparte protagonismo con la pobre mujer, se muestra tremendamente lúcida, mordaz, atrevida e implacable. Si alguien ha de morir, aunque sea ella, que lo haga. No se puede permitir dejar resquicios por donde se cuelen los remordimientos o, al menos, las dudas. No se le da nombre a la culpabilidad y, por tanto, no existe. Son, de lejos, los mejores personajes, los que dan más juego para el análisis y el posterior revoltijo estomacal. La televisión basura alcanza su punto álgido cuando estas dos brillan en sus respectivos trabajos. El espectáculo que son capaces de crear inunda la pantalla de repulsión.

‘UnReal’ es un producto harto inteligente porque consigue atraer los públicos contrarios: por una parte, actúa de espejo y empatiza con todos aquellos que gustosamente participan en shows como ese o que se prestarían a ello con placer; por otra parte, capta a un enorme abanico de detractores que habitan al otro lado del espejo y que vienen de lejos afilando los cuchillos. Oportunidad perfecta para demostrar la superioridad moral. Así, como quien no quiere la cosa, engancha en su red a la diversidad de tipos humanos.

Este enfoque asegura también diferentes tratamientos, según sea la perspectiva desde donde se vea, hay una lectura moralista, otra feminista, otra frívola, otra censora. Qué más se puede pedir.

Podría pensarse que traspasa ciertas fronteras en alguno de sus capítulos, pero tratándose de lo que se trata, parece adecuado no poner límites. (Si se pusieran, a lo mejor estaríamos hablando de un programa cultural). Hubiera sido un error. No es, por tanto, una serie para sensibilidades a flor de piel, ni para los que solamente consumen productos de alta calidad.

Pero sí es provechosa en varios sentidos porque da pie para plantearse la siguiente pregunta: ¿qué está pasando aquí? Puede que si se consiguen los índices adecuados, si preguntamos muchos, muchas veces, el cuestionamiento se haga viral y después vital. Y después cambie algo.

Todo eso y mucho más

SEGURO QUE les está pasando lo mismo que a mí. Que no viven esperando el estreno de Algo pasa con Ana. La ansiedad es tal que nos está matando. Sobre todo después de haber oído de su misma boca lo siguiente: "ante todo soy madre luchadora, hija, hermana… Y después presentadora, actriz y todo eso... pero finalmente me convencieron porque pensé que tenía derecho a que me conocieran de verdad". Y yo, de verdad te lo digo, Ana Obregón, lo estoy deseando. En Dkiss, elemental.

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