Opinión

OT: un gallego para expulsar a otro

EN ESTE otoño/invierno en el que hemos vuelto a engancharnos a un reality show, en el que Televisión Española ha conectado por fin con la audiencia millennial gracias a una muy certera gestión de redes sociales, apps y a ofrecer contenidos en abierto durante todo el día a través de una plataforma tan intuitiva y de uso masivo como YouTube, el primer drama para las gallegas llega con el enfrentamiento entre Roi y Cepeda, que se dirimirá ya el año que viene. ¿Quién debe marcharse de la academia?

Es innegable que uno de los fenómenos pop de la temporada es este regreso del formato ‘Operación triunfo’, cuando se cumplen 16 años de la primera edición y después de un tiempo en la nevera en el que han brotado diferentes programas -‘Canteira de cantareiros’ fue primero porque en ‘Luar’ todo ha sido antes- de personas que cantan temas de radiofórmula para dejar de ser anónimas.

Además del uso inteligente de las narrativas transmedia, el gran éxito de esta ‘Operación triunfo’ 2017 es el cásting. Concursantes, en la mayoría, que no superan los 20 años y con la memoria limpia: no saben qué es llorar como Geno o Bustamante. Tampoco conocen a Juan Camus, concursante cántabro de la primera edición, propuesto cuatro veces para abandonar la academia y con quien se compara al ourensano Luis Cepeda, que va ya por la quinta nominación.

En esta ocasión, se enfrenta al teense Roi Méndez, quien ya se ha jugado dejar la academia en una ocasión, con el resultado de un 91% de votos favorables para el gallego, quizás el único de esta ‘Operación triunfo’ que ya sabe lo que es actuar delante de audiencias masivas como guitarrista de la orquesta Olympus. El nombre de Roi suele aparecer en las galas entre los favoritos del público. Al presentador, Roberto Leal, le va mal de la risa con Roi. Esta mañana, en el canal 24 horas de YouTube, Roi y la concursante navarra Amaia desayunaban mientras él le relataba a ella su operación de fimosis. El poder de Roi se visibiliza en el fenómeno ‘sapoconcho’: ha dado a conocer al mundo este vocablo gallego y en diez días se ha hecho hueco entre las candidatas a palabra del año 2017 en el Portal das Palabras de la Real Academia Galega.

Cepeda ha sido salvado por la audiencia en cuatro galas. Sus detractores consideran que es injusto que hayan abandonado OT concursantes más talentosos mientras un ejército de adolescentes lo apoya porque les parece guapo o porque ven la posibilidad de una relación romántica con Aitana, una de sus compañeras en la academia. Como si las adolescentes no tuvieran razones o derechos para gastar la paga en lo que mejor les parezca o como si no resultara misógino y peligroso apelar a la falta de criterio de las mujeres jóvenes para justificar cualquier cosa que alguien piensa que está mal. Cepeda, ingeniero en Diseño Industrial y jugador en las categorías inferiores del COB, dice que le gustan el punk y el rock americano, pero hemos conocido como un curioso caso de Melendi: canta aflamencado. Que tampoco sería el primer gallego a quien le sucede tal cosa, que ahí están Cuchús  Pimentel y El Kiki, pero llama la atención.

Cepeda ya traía ‘ fandom’ del programa de Telecinco ‘La voz’, en el que concursó en 2015. Algo pasa cuando canta Cepeda, le ha dicho el miembro del jurado de OT Manuel Martos varias veces, y a lo mejor resulta que es cierto, porque cuando Laura Pausini lo escuchó en Telecinco le ofreció una gira. Él la rechazó y escogió a Malú como ‘coach’. Parece ahora el de Ourense arrepentido con aquella decisión, ya que hace unos días se quejaba delante de sus compañeros de la poca implicación de la cantante madrileña. Leo a Brais Iglesias en La Región que la de Pausini no fue la primera vez en la que Cepeda dijo no: el director de la residencia universitaria en la que vivía en A Coruña el triunfito llamó a Xosé Ramón Gayoso, que se manifestó en carne mortal para escucharlo cantar y tocar en la guitarra sus propias composiciones. Gayoso, conmovido, le ofreció ir a Luar’. Cepeda prefirió no hacerlo.

El profesor Manu Guix le había dicho la semana pasada a Raoul Vázquez, la última ‘víctima’ del cepedismo y catalán con orígenes en Lugo y Portomarín, que Luis Cepeda es como una “viuda negra” que se deshace de quien se le pone por delante. Quizás por eso el programa no quiso sacrificar a Agoney -uno de los favoritos por los eurofáns para representar a RTVE en Lisboa en mayo- y optó por dejar en la picota a Roi, alguien que cae simpático y que aporta una armada de ‘sapoconchos’ para neutralizar a las cepedistas.

¿Que cómo acaba el tema? Pues si volvemos sobre OT1 nos enteraremos de que finalmente Juan Camus fue eliminado. Lo consiguió Verónica, una chica que muchas veces se iba de tono y que se inventaba las canciones en inglés. A quien la mayoría sólo reconocía que era majísima, encantadora, y a quien achacaban que permanecía en el concurso sólo por ser buena amiga de Rosa de España. ¿Les suena de algo? Alerta ‘spoiler’: Verónica logró un puesto en la final.
 

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