Opinión

Cómo ganar sin ser el mejor

EL DEBATE de este lunes dejó la sensación de que Alberto Núñez Feijóo no solo salió vivo sino que acabó incluso beneficiado del debate, algo que resulta especialmente sorprendente si se tiene en cuenta que no tuvo su mejor día y no controló la situación como acostumbra a hacer. Por primera vez en mucho tiempo la oposición lo acorraló y le obligó a gastar más energía en defenderse que en hacer propuestas.

¿Y cómo sale beneficiado de ese contexto? Pues porque la candidata de Ciudadanos, la principal amenaza de los votos del PPdeG, quedó en evidencia y fue incapaz de presentarse como alternativa. Sin hacerlo rematadamente mal, su bajo perfil en comparación con los otros cuatro la condenó.

Del resto, todos pueden sacar lecturas positivas. A Ana Pontón le bastó su experiencia parlamentaria para salir muy reforzada e incluso como ganadora. A Luís Villares el debate le sirvió para darse a conocer, aunque su tendencia a hablar rápido y ametrallar con datos pudo ser contraproducente. Y Leiceaga dominó sus áreas, las de economía, aunque su imagen sigue sin ayudarle. Su error capital fue discutir con los moderadores, ya que en ese momento trasmitió cierta imagen de nerviosismo.

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