Opinión

Es todo

"En realidad, no nos molesta la desigualdad, nos molesta no estar en la cima de la pirámide gastando miles de millones en comprar el último capricho"

TIENES razón, la humedad lo ocupa todo, vivimos en terreno granítico abonado al musgo, y a la corrupción. Será que nosotros mismos somos corruptos y que no importan demasiado los cambios tecnológicos y las formas de vida. El alma humana no evoluciona al ritmo de la ciencia. En las sociedades más desarrolladas de la historia las supersticiones caben holgadamente, ya sea el rezo a una virgen o a una mascarilla. ¿Será porque somos mucho más emocionales que racionales?

Hay una corriente de pensamiento que lleva consciente o inconscientemente a ello, poniendo a las víctimas y sus sentimientos en el centro de todo, erigiéndolas en símbolos y representación. Escogemos las emociones por encima de la razón. No sería tan importante si eso no tuviera influencia en la capacidad argumental de todos, acostumbrados a decidir en un instante donde están los buenos y los malos, convertidos en seres tendentes al absolutismo por nuestra incapacidad de profundizar, de avanzar en los matices, abrumados por un aparente exceso de información que en forma de alud sepulta nuestras ganas de discernir.

Hacer el esfuerzo de comprender cómo el poder económico hace lo necesario para perpetuarse y que todo cambie para que todo siga igual, es demasiado difícil.

Nadie se comerá a los ricos, como crees, porque todo el mundo quiere ser rico. En realidad, no nos molesta la desigualdad, nos molesta no estar en la cima de la pirámide gastando miles de miles de millones en comprar el último capricho.

Quizás no somos seres de luz y sólo necesitamos saber unas cuantas cosas para creernos inteligentes y defender siempre cualquier posición desde nuestro punto de partida ideológico, que es un espacio pintado en el suelo tan diminuto como el recuadro de una rayuela.

Sin embargo, no soy pesimista. Puede que el capitalismo colapse, que el mundo occidental se vaya al garete, que los habitantes de la tierra se reduzcan, pero el ser humano seguirá adelante y los justos entre los justos de cada generación, de cada barrio, de cada sociedad harán que la humanidad avance con el progreso como ha sucedido hasta ahora. Eso sí, seguiremos siendo hombres y mataremos por envidia y por ambición.

Y, con un poco de suerte, amaremos y nos amarán y algún día de nuestra vida entenderemos que eso es todo.

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