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¿Acabará privado HADO?

HACE UNOS días saludé por las calles de Pontevedra a Isidro Caballería, Jefe de Sección, Coordinador del Hado de Pontevedra durante trece años, Unidad que dio una asistencia médica impecable a mi madre en casa poco antes de fallecer. En un trance tan delicado no es que la atendieran bien, como debe ser, es que la atendieron mejor que bien, con mucho tacto y cariño. Pues bien, me intereso por los detalles de cómo va el servicio y me llega el rumor de que “no corren buenos vientos” porque se prevé que van a “transformar” esta modélica Unidad de Hospitalización a Domicilio, así, sin más.

La Unidad de Hospitalización a Domicilio comienza su andadura hace dieciséis años, como un servicio para pacientes que, aún precisando cuidados hospitalarios, no necesariamente deben estar ingresados. El hospital se traslada al domicilio del paciente y es un buen ejemplo de las nuevas formas de gestión sanitaria, enfocadas a ofrecer la mejor calidad y resultados. Dieciséis años de rodaje para optimizar el servicio en todas sus vertientes y a día de hoy con un know-how valiosísimo.

Haciendo un poco de historia, la primera Unidad de Hado se creó en Nueva York en el año 1947 y en 1999 el Hado del Complejo Hospitalario de Pontevedra. Lo que no nos gustaría nada es que acabaran con el sistema actual, con medidas como la rotación del personal, la ampliación significativa del área geográfica, cambio de organigrama, convertir Cuidados

Paliativos y Hado en una misma Unidad o cambiar el tipo de paciente, dejando de atender a enfermos de otras especialidades.

Esto podría suponer una merma en la atención y el aumento de la distancia entre pacientes, porque quizá no se contempla un incremento adecuado y considerable de la plantilla, por lo que el personal rotaría y no sería siempre el mismo médico, con la consiguiente pérdida de empatía y de fidelización. Es decir, y sólo estoy suponiendo, que el equipo de Hado Pontevedra tendría que desplazarse a O Grove, Forcarei, o A Lama, Cerdedo, Meaño... con lo que se perdería un tiempo considerable en largos desplazamientos por carretera. Según cifras publicadas por el Ine de 2011, el radio de acción sólo del servicio Hado de Pontevedra cubre a una población estimada de unas 150.000 personas de una población total de unas 238.000.

Que este servicio funcione bien es muy importante también, en cuanto a ahorro de costes se refiere, porque no se ocupa una cama de hospital. Otro hecho constatable es la cantidad de ingresos por urgencias que ya no se producen al poder llamar a tu equipo asistencial y resolver dudas telefónicamente, porque a veces nos alarmamos innecesariamente por situaciones que no son lo que pensamos, o sí.

Hay algo que tiene el personal de Hado difícil de encontrar y es que empatizan con el paciente y con la familia, ya que ellos van a ser los principales cuidadores del enfermo. Para eso hace falta un tiempo determinado, el que necesiten para marcar unas pautas médicas claras hasta la siguiente visita. Cuando llegaban a mi casa lo hacían tranquilamente y eso es muy de agradecer cuando se vive una situación delicada. Un tiempo que se destina a entender muy bien las instrucciones médicas, resolver dudas y reconfortar al enfermo. Para este trabajo no sirve cualquiera.

En mi caso, como familiar de paciente, puedo decir que el médico de Hado, en caso necesario, estaba disponible por teléfono el fin de semana a cualquier hora. Y todo ese buen hacer se resume en una cuestión de confianza en el personal, con el mismo médico, de la claridad de sus explicaciones a la hora de medicar o atender al familiar y de la tranquilidad de mi madre cuando los veía aparecer por la puerta.

Y me vuelvo a preguntar ¿A quién se le podría ocurrir cambiar a peor una unidad de atención médica tan modélica? No quiero pensar que al final de tanto “cambio en precario” se vaya a producir una privatización de un servicio tan importante.

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