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La isla de Trahamunda

ES UNA pequeña isla en medio de la ría, entre las puntas Chancelas y Pesqueiras, con una superficie de 28 hectáreas, conocida a lo largo de la historia por los nombres de Thalavo, Tanavo e Toambo, Tambo, Tumbo o Tamba. La punta septentrional de la isla se llama Gamboa y la meridional Tenlo. Tiene un manantial de agua potable y una profundidad de más de tres metros en sus dos canales, por lo que pueden pasar barcos de calado.

Para lo pequeña que es la isla su historia es bien intensa. El Padre Fr. Manuel de los Ángeles, fraile trinitario que murió con 117 años, aseguraba la existencia de un templo pagano y una de las leyendas más antiguas de la isla habla de una "Moura" que al anochecer llamaba a un toro que acudía hasta allí transportando a los muertos.

Algunas fuentes afirman que en el siglo VI-VII funda la primera capilla San Martín Dumio un monje benedictino que lideró una cruzada contra las costumbres paganas de los cristianos de la época, pero fue San Fructuoso el fundador del monasterio, legislador de los monjes en la España del siglo VII, cuando "cruza en barca a la isla para construir una ermita donde sus monjes hicieran especial penitencia". Naufraga cerca de la isla y el santo fue llevado allí por las olas y es así como funda el monasterio benedictino de Santa María de Gracia.

Para relatos sobrenaturales tenemos el de la Santa Trahamunda, que era una novicia muy guapa del convento de San Martín de la isla de Tambo, que fue raptada por los moros y encarcelada en Córdoba durante once años. Según la crónica de Yepes, el 23 de junio pidió al Altísimo estar en Poio "Oh, Dios mío, quién se hallase mañana en San Juan de Poyo para celebrar la fiesta". Y visto y no visto la celda de la cárcel se iluminó, sonó una música y sufrió la traslación a Pontevedra, en concreto llegó volando. Está enterrada en el monasterio de Poio.

El corsario inglés Francis Drake y sus tropas destruyen el monasterio en 1589, "acuchillan a los monjes y asolan el monasterio, arrojando al mar la imagen". En el siglo XVIII el cenobio fue reconstruido y, según los Anales del Reyno de Galicia, "templo famoso que estuvo dedicado al Glorioso Príncipe de la Milicia San Miguel Arcángel, y en cuyas riberas se vieron repetidos los prodigios de el mar bermejo".

En la isla se construyó un lazareto en 1865, que llego a ser uno de los mejores de Europa, gracias a la figura del Señor de Valladares que "deseoso de todo bien público, trabajó con entusiasmo en favor de la instalación de un lazareto en la isla de Tambo". La instalación acogía la cuarentena de las tropas retornadas de Santo Domingo que llegaban "aquejadas por las enfermedades endémicas", escribe Luis Seoane. Se clausura en 1879 pese a los intentos de Francisco Mugartégui, vicepresidente de la diputación, por impedirlo: "Urge apoyen ustedes y robustezcan mis gestiones, hasta ahora aisladas, para evitar la supresión del Lazareto Tambo".

La isla pasa a ser propiedad de don Eugenio Montero Ríos y Valentín García Escudero en 1905, cuyos herederos la venden o donan al Estado. El proyecto de construcción de una prisión militar, apremia a Isidro Martínez Casal, alcalde de Pontevedra en 1881, a determinar quiénes son sus propietarios y llegar a un acuerdo ya que las gestiones estaban muy adelantadas. El Ministro de Fomento comisiona a un arquitecto para el levantamiento de los planos de la prisión, por lo que se presume que reforzarán los destacamentos para su vigilancia. Meses más tarde se produce un tremendo escándalo por las declaraciones del arquitecto que "ha tomado las de Villadiego" al declarar que la isla carece de agua potable. Finalmente nunca se llegó a construir.

La isla tuvo dos depósitos privados de carbón para abastecer a los vapores de la ría, y con motivo de la visita a Pontevedra de Alfonso XIII, Montero Ríos compra "100 barricas de alquitrán para hacer grandes fogatas en la isla de Tambo" para la noche del 25 de agosto de 1900.

También fue un lugar estratégico para el contrabando y en 1907 sucedió un hecho terrible: A altas horas de la madrugada los vigilantes del Fielato de Marín ven salir un bote de Lourizán rumbo a la isla. Ante la sospecha de que fueran contrabandistas, Celestino Landín sale en su persecución con la guardia del Fielato. Al llegar a Tambo les pidieron que se rindieran, a lo que se negaron. Sonaron varios disparos y cayeron heridos de gravedad, en sus respectivas embarcaciones, Ladín y el perseguido Alberto Rial.

En 1918 se aprueba el plan de balizamiento de la ría de Marín, que incluye la construcción del faro Tenlo Chico "con luz blanca de ocultaciones equidistantes". Durante los años veinte se anuncia la venta de "una gran partida de leña de pino" de la isla a precios muy batatos y algunas reseñas detallan también excursiones de grupos de "distinguidas señoritas de Pontevedra", que Celestino Iglesias Rey rescata un perro nadando cerca de la isla y a punto de ahogarse, y llama especialmente la atención la exhibición, en un comercio de la calle San Román, de la cabeza de un jabalí cazado en la isla por Eugenio Montero Villegas, hijo de Montero Ríos.

En 1939, el Consejo de Ministros, aprueba la adquisición por parte de la Marina para uso de la Escuela Naval. Hoy en día pertenece al Ministerio de Interior, los herederos siguen siendo propietarios de una quinta parte y se puede visitar. El Concello de Poio colabora en la visitas.

Fuentes: pescadoartesanal.com, Bayona antigua y moderna de Jose de Santiago, Derrotero de las costas de España de Luis Bayo y López y José González Billón, hemeroteca, Quarta parte de la chronica de los religiosos descalzos del Orden de la Santísima Trinidad de Lucas de la Purificación, La isla de Tambo de Juan Ruiz de Azcárate y Concello de Poio.

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