Yo que crecí dentro de un árbol / tendría mucho que decir, / pero aprendí tanto silencio / que tengo mucho que callar / y eso se conoce creciendo / sin otro goce que crecer, / sin más pasión que la substancia, / sin más acción que la inocencia, / y por dentro el tiempo dorado / hasta que la altura lo llama / para convertirlo en naranja. Así inspira el poema Silencio de Pablo Neruda a Yolanda Dorda , en sus retratos sobre la otra cara de la infancia.
Aunque a la gente le evocan estos cuadros a los niños de Sorolla, en esta exposición sólo hay niñas. Porque para Yolanda no es lo mismo ser un hombre que una mujer y recrea ese universo personal sin rastro de feminismo ni crítica social, planteado como un tema de identidad basada en sentimientos y emociones: A un hombre le cuesta más indagar en cosas dolorosas. Para Yolanda la pintura es un medio que me llena para superar etapas.
Silencios, basada en el poema de Pablo Neruda, quiere expresar los miedos y el dolor del paso de la infancia a la adolescencia
Silencios, basada en el poema de Pablo Neruda, quiere expresar los miedos y el dolor del paso de la infancia a la adolescencia. La inocencia, no tan inocencia. La niña con enormes zapatos que con gesto retador empuña una pistola, rostros que no miran de frente, entretenidos en su propio universo. La ocultación del rostro parcial o total es recurrente en la obra de Dorda porque en cierto modo estar un poco oculto es una manera de distanciar el discurso personal, tal vez por pudor....
Nacida en Barcelona pero coruñesa de adopción, con veinte años a su espalda en el mundo del arte, expone su obra en la galería de la Xunta de Galicia en Fernández Ladreda . Proviene de una familia de creativos y creadores en diferentes campos. Su inicio con retratos de encargo le proporciona un aprendizaje para la creación de sus propias obras. Hace seis años que está entregada plenamente a los pinceles después de pasar por diferentes escenografías y donde el retrato sin más da paso al protagonismo de las historias.
Vitalista , sencilla, risueña y buena conversadora, Yolanda Dorda a sus cuarenta años se sume en el mundo de la infancia en un viaje que permanece abierto desde el XVII, desde William Golding como contrapunto a las tesis más benevolentes de Jean-Jacques Rousseau.
Figurativa, Dorda avanza exponencialmente en cada exposición, que se renueva año a año con propuestas muy contundentes, la mujer, el sadomasoquismo o la sexualidad que han dado paso a un momento de investigación personal sobre la infancia, a una expresión más pausada y serena que suaviza la dureza del fondo y forma de su obra. Sus exposiciones hacen que se pregunte por el por qué de sus cuadros y le van revelando poco a poco, sin prisas ni aspavientos, sus secretos: Es la pintura la que me dice a mí en qué momento estoy. Para interpretar mis obras necesito un tiempo, verlo en retrospectiva. Yolanda reflexiona sobre su obra una vez terminada.
Los nuevos soportes tecnológicos y la fotografía le sirven a Yolanda como punto de partida para sus creaciones que se trasladan y fusionan con los pinceles y el lienzo
Referentes de peso del universo Dorda son Marlene Dumas y los expresionistas alemanes de la Escuela de Leipzig. En Galicia Xepe Cabana, Rosa Úbeda , Cuco Leiro, Jorge Castillo y hasta ahí, porque no es fácil que algo me emocione en lo que al arte se refiere, pero disfruta de estos encuentros con todos los sentidos.
Los nuevos soportes tecnológicos y la fotografía le sirven a Yolanda como punto de partida para sus creaciones que se trasladan y fusionan con los pinceles y el lienzo.
Una búsqueda incansable de temas personales que se materializan sin apenas darse cuenta y que nos regala con cada exposición, veintidós obras en diferentes formatos que se pueden ver hasta el 27 de este mes de 8:00 a 15:00 en el edificio de la Xunta de Galicia en Fernández Ladreda, Pontevedra. Para los que no la conozcan se entra por la puerta principal del edificio. Disfruten del silencio, disfruten con Dorda.
Fuente: Conversaciones con Yolanda Dorda.
