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Rafa, Pontevedra foto a foto

Fue el iniciador de una saga de tres generaciones de fotógrafos. Sin duda, gracias a su trabajo, hoy podemos recordar cómo era Pontevedra en otros tiempos

Nuestra ciudad tiene la suerte de contar con un impresionante patrimonio gráfico desde finales del siglo XIX gracias a la labor de un grupo de fotógrafos, entre ellos Francisco Zagala, Lorenzo Novás, Enrique Barreiro, Joaquín Pintos o Rafa Vázquez, que plasmaron en sus negativos más de cien años de historia. sus imágenes tienen un valor similar a los monumentos que se salvaron de la ruina a lo largo de la historia. Las fotos antiguas nos cuentan la historia de cómo se vestía la gente, qué peinados estaban de moda, de edificios ya desaparecidos, fiestas y tradiciones.

A la derecha Rafa con su cámara. SPDB. DEPUTACIÓN DE PONTEVEDRASe cuentan por miles las instantáneas que nos ha dejado Rafael Vázquez y parte de su archivo se puede consultar en el Museo de Pontevedra, entidad que en 2011 le dedicó la exposición Retratos na rúa. Foto Rafa, 1950-1970, de la que queda un estupendo catálogo obra de Cristina echave y reis Camiña.

Como todo fotógrafo de la época, revelaba en su laboratorio entre cubetas, productos químicos y positivados secando con pinzas en cuerdas.

Rafael Vázquez Gonzalez nació en el barrio de teis (Vigo) el 30 de octubre de 1915 en el seno de una familia de comerciantes de ultramarinos, cuya tienda estaba ubicada en Sanjurjo Badía. Hijo de Francisco Vázquez y María González Gómez. Se casó con María Álvarez Abril y tuvieron un hijo: Rafael Vázquez Álvarez, que seguiría sus pasos.

Se instaló en Pontevedra, en el número 4 de la calle Santa María, procedente de Vigo para colaborar económicamente con su familia: "tenía un amigo que hacía fotos en Vigo y le propuso ir a Pontevedra para trabajar de fotógrafo", comenta la familia; y Rafa, aunque no había manejado nunca una cámara, se colgó una al cuello animado también por el fotógrafo pontevedrés Joaquín Pintos.

así, con su amigo fotógrafo, comenzó a ir a fiestas populares en Pontevedra, Galicia e incluso extremadura o Castilla. el periodo de formación a pie de calle dio paso a su trabajo para diferentes rotativos como reportero gráfico: La Noche (1960-1962), El Pueblo Gallego (1962-?), Hoja Oficial del Lunes al servicio de España (19621965), El Ideal Gallego, Vida Gallega o el Faro de Vigo. Comenzó a colaborar en el Diario de Pontevedra en el año 1963 para formar parte de la plantilla en 1979, trabajando fundamentalmente la sección de deportes.

Alquiló un local que acondicionó como estudio en el número 2 de la Rúa Alta, que también sería su domicilio en la ciudad, aunque en 1978 se trasladó a otro estudio en la calle García Camba. Sus inicios fueron con una cámara Kodak de segunda mano de las que tenían un gran flash incorporado, pero con el tiempo llegó a tener una colección en donde no podía faltar una Leica o la Hasselblad y, más recientes, Canon o Minolta. Como todo fotógrafo de la época, revelaba en su laboratorio entre cubetas, productos químicos y positivados secando con pinzas en cuerdas: "era un cuarto pequeño de unos 5m2, con una puerta de entrada con cortina y cartulinas negras. Al no tener puerta física ni cerradura, más de una vez entraban los niños mientras revelaba y estropeaban el trabajo". Su familia todavía recuerda el olor tan especial de la cámara oscura. Trabajaba de la mañana a la noche y no tenía carné de conducir, para desplazarse lo hacía en el trole de Marín, el tren o con los compañeros de profesión, como con Amador Larriba cuando jugaba el Celta en Balaídos.

Grupo de chicas delante de la estatua de Colón. FOTO RAFA/MUSEO DE PONTEVEDRADe entre sus archivos destacan el periodístico, el de calle, el personal y el de casas, solía acercarse a los domicilios en fechas señaladas como reyes o en cumpleaños. Firmaba sus trabajos como Foto rafael y después como Foto Rafa. Retratista del costumbrismo y la vida social de la época sus fotografías, aunque algunas preparadas, todavía hoy respiran naturalidad. Sus referentes en fotografía fueron Francisco Zagala y Joaquín Pintos, de los que hablaba con frecuencia. 

Su hijo Rafael Vázquez Álvarez entró en la profesión tardíamente porque se dedicaba a el negocio de los seguros (seguros reunión o seguros Bilbao), en Pontevedra desde los veinte años. Pero pasada la treintena, en una crisis del sector, decidió probar suerte con otros trabajos sin que se cumplieran sus expectativas, hasta que su padre le planteó seguir con el negocio familiar. todo un lujo aprender el oficio de primera mano y en casa. Firmaba la fotos como RAFA HIJO para el Faro de Vigo. su laboratorio lo tenía en el comercio de su padre en las Galerías de A Oliva, pero con el tiempo externalizó el revelado a otros laboratorios lcales, entre ellos en Rodri. Se casó con Delia Saborido Conde, de Barrantes, con la que tuvo un hijo: Rafa Vázquez Saborido, Licenciado en Derecho que desde hace casi veinte años se dedica a la fotografía y que también aprendió con su abuelo. Rafael Vázquez Álvarez falleció muy joven, a los 52 años, y de su carrera como fotógrafo se conservan pocos negativos.

Rafa, el iniciador de la saga de fotógrafos, siguió haciendo fotos años después de llegar a la edad de jubilación: "Él siempre tuvo la lideira de llevar la cámara colgada al cuello", comenta la familia. Falleció en 2003 a los ochenta y siete años con el reconocimiento y cariño de la gente. No llegó a trabajar con cámaras digitales pero seguro que se sorprendería de que hoy casi todos tenemos una en el teléfono móvil. El Museo de Pontevedra conserva el fondo con unos 75.000 negativos que han llegado hasta nosotros gracias al sentido del orden de su autor. estas fotografías forman parte ya de nuestro patrimonio, y cada una de ellas nos aporta muchos más datos de lo que vemos en apariencia: es una base documental reflejo de toda una época. en la foto, del servizo de Patrimonio Documental e Bibliográfico da Deputación de Pontevedra, rafa posa en el Fogar Provincial con Amador Larriba, Vázquez Lescaille y Miguel Beato en una escena que parece sacada de una película.

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