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Zenitram, el azote de Canalejas

José Gómez Martínez, conocido en la prensa por el pseudónimo de Zenitram (Martínez al revés), nace en Pontevedra según algunas fuentes, pero la verdad es que no está claro exactamente dónde. Fue uno de los periodistas más valientes, notables y polémicos de su tiempo. Una bocanada de aire fresco que dejó a un lado los artículos de redacciones recargadas, farragosas, sin contenido y al peso.

Firmaba con pseudónimo, aunque todo el mundo sabía que era él, y hablando de pseudónimos los había para todos los gustos como Nick, Ramírez, Picadillo o El Requeté. Zenitram iba al asunto y entraba en materia sin artifi cios, eran tiempos donde los desencuentros se ventilaban en las páginas de los periódicos. Lo sorprendente es que era un sacerdote en activo que la prensa describía como un "virtuoso párroco y brillante periodista".

Muy querido y apreciado en Pontevedra porque fue capellán del convento de Santa Clara y director del periódico pontevedrés El Áncora, que tenía su propia imprenta en el número 16 de la Calle Real.

Fue también director durante cinco años de El Eco de Galicia, la voz del arzobispado en aquella época, y vivió en A Coruña en la plaza de María Pita. Zenitram era un polemista redomado, carácter que le trajo algún que otro problema, en concreto por calificar al ferrolano Canalejas cuando era Presidente de inepto, cobarde y tiránico en un editorial: "el gobierno del atolondrado y neurótico del Sr. Canalejas, estadista de guardarropía que queda para siempre marcado con el estigma de inhábil, cobarde y despótico...". Protestó por la prohibición de una manifestación de católicos en Euskadi La manifestación de San Sebastián, en contra las medidas de un gobierno laico con respecto a la Iglesia. Canalejas, aunque era católico practicante, promulgó la Ley del Candado que acotó las órdenes religiosas, la educación pública laica, una revisión de la relación IglesiaEstado, y por todo esto se le describió como un anticlerical católico.

La Fiscalía denuncia el editorial en cuestión y el juez correspondiente decreta su procesamiento. Todavía consternada la redacción de El Eco por esta primera denuncia, en un encuentro casual en unas escaleras con el juez que lo procesaba, Mosquera Montes, supo Zenitram "de sus autorizados labios" que también lo procesarían por otro artículo titulado Después del procesamiento: "Llegó a nuestra la redacción un enviado del juzgado a secuestrar los números sobrantes de la edición". La estrategia de Zenitram fue muy inteligente al hacer público todo el proceso. Tal fue el número de adhesiones públicas, en multitud de medios a favor del procesado, que después de unos meses de tiras y afl ojas se retiró la acusación.

En 1914 se marcha a Bueu, como coadjuntor de la parroquia de San Martiño, y se lee entre líneas que lo retiraron de su vida activa en los medios comunicación por decir que: "antes de la misa del Espíritu Santo, el mismo Espíritu fallara una plaza en una oposición a favor de un pariente de Martín Herrera, arzobispo de Santiago". Y en un abrir y cerrar de ojos el propio arzobispo Martín Herrera lo desterró a Bueu para que su tío, el párroco Juan Martínez Casanande, lo "atara en corto".

Publicó en 1930 La Flora Gallega y el Padre (Baltasar) Merino, en el volumen V del Seminario de Estudos Galegos, y colaboró como columnista en La Correspondencia Gallega, El Noroeste, Tierra Gallega, el Ideal Gallego, El Adelantado de Bueu y también como colaborador de Martín Codax o el Faro de Vigo.

Fue párroco de Teis y fallece en ese mismo lugar el siete de junio de 1940. Ese día pasó a la historia del olvido como un hombre atípico y valiente, es una verdadera pena que ya no queden personas así.

Fuentes: El Eco de Galicia, El Diario de Galicia, El Adelanto de Bueu, El Áncora, Diario de Pontevedra, villadebueu.blogspot, oslibrosdeangelcasal.blogstop y Arturo Sánchez Cidrás director de O Candil.

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