Opinión

Anomalías de la jornada

NO SÉ qué pasa, pero estas navidades noté tantísimas cosas en falta. Hubo una que me afectó de forma notable: los de 1880 le quitaron ese fantástico eslogan a su turrón: "El turrón más caro del mundo". Hace falta valor. En mi casa lo tuvimos una vez y la publicidad funcionó a la perfección: mi padre lo abrió con cierta reverencia, como esperándose algo que no tuviese nada que ver con El Almendro. Luego de probarlo sobrevino una decepción nunca aceptada y 1880 ya no volvió a formar parte del menú de esta noche. Casi no veo la tele, así que confío en que sea yo quien no haya comprobado en primera persona que El Almendro vuelve a casa por Navidad. Yo desde luego no lo vi. Ya me dio muy mala espina que llevasen al menos tres años sin cambiar el anuncio. Y de momento, al menos que yo sepa, las muñecas de Famosa no se dirigen al portal. Y hasta ahí podíamos llegar. Puedo pasarme sin el turrón más caro del mundo, pero las muñecas de Famosa deben desfilar cada año hacia el portal con esa canción que debió haber ganado un Grammy les guste o no. Acabará teniendo razón Ada Colau y habrá que cambiar la Navidad por el solsticio de invierno.

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