Opinión

Avisos

CUANDO IBA a trabajar ayer por la tarde comenzó a sonar una de esas sirenas que tenían los coches de hace unos años para avisar de que alguien trataba de robarlos. Nunca resultaron del todo. Eran muy sensibles y seguro que a cualquiera que lea esto lo habrá despertado una por la noche que saltó porque a su lado pasó el espíritu de Paco Umbral. También leí en alguna parte que para los cacos profesionales era muy sencillo puentearlas. El caso es que la sirena de ayer era de un coche en marcha que al acercarse vi que tenía el rótulo de la Xunta de Galicia. Me pareció todo un detalle a copiar por cualquier Administración: que una sirena anticuada te avise de que un inspector llega para hurgar en lo más profundo de tu ser. Ambos están en extinción, como las enseñanzas del japonés de ‘Karate Kid’. No hay sirenas porque es imposible robar un coche moderno y los inspectores desaparecen porque estamos tan monitorizados que la poli dejó de preguntar aquello de: «¿Dónde estaba usted la noche del 23 de septiembre?» ¡Qué más da! Te buscan el móvil y lo saben con un margen de error de dos metros. Con todo agradezco lo de la sirena: Puede que un día sea para avisar de que vienen a darnos algo.

Comentarios