Opinión

El salto de fe de La Roja

NUESTRA ELIMINACIÓN del Mundial fue fruto de un salto de fe. Por lo que vi, oí y palpé, resultó ser un salto al vacío, una de esas escenas absurdas del mundo rock, en que un cantante encantado de conocerse se lanza al público y este, en lugar de sujetarlo a él y a su ego deja que los dos se estampen contra el suelo. Nosotros perdimos (los puristas dirán que nos vamos sin perder un solo partido, lo que ya es una forma de apartarse para que se deslomen) no por culpa nuestra, sino por cómo jugaron los demás. Escuché quejas de lo más variopinto, pero la más sorprendente es la de que perdemos por culpa del contrario, que no juega como nos viene bien a nosotros: al ataque. Cada vez que lo oía me sonaba a rabieta de niño pequeño: «Es que se nos meten todos atrás»; «Nos juegan con cinco defensas». Porque nosotros lo que queremos es que las todopoderosas Irán y Rusia nos jueguen de poder a poder. ¿Dónde se vio eso de planificar el partido en función de sus intereses y no de los nuestros? ¡Y sin consultarnos! Hay quien se consuela diciendo que es horrible pasar a cuartos jugando así. Di que sí, es mucho mejor caer en octavos pero fieles a nuestro juego pirotécnico a la par que efectivo.

Comentarios