Opinión

La llegada de la amistad

CONTRA LO que pudiera parecer la paz en el mundo llegará y lo hará desde un ámbito bastante inhóspito. No el que más, pero de la parte media-baja de la tabla: el fútbol. El primer paso lo va a dar uno de los grandes o nada tendría efecto, y será Leo Messi. No puede ser inocente que le vaya a llamar a su hijo Cristiano, aunque sea en chino para disimular. El siguiente paso lo dará Mourinho, que comprará un perro al que le llamará Íker, o ÍkerCasillas. Así, todo junto, para que surta efecto. A partir de ahí todo será más sencillo porque la reconciliación de aficiones históricamente enfrentadas arrastrará a sus gobiernos y el catalán y el de la Moncloa se darán un beso de tornillo en esa tertulia de los sábados por la noche de La Sexta que dice la leyenda que acaba con la primeras luces del alba, porque nadie se quedó a comprobarlo. Después irán fusionándose banqueros suizos y personas decentes, tuiteros y jueces, indios y vaqueros, neoyorquinos y ayatolás, ingleses y escoceses, Pérez Reverte y todos los demás escritores del mundo, Raphael y su cirujano plástico, Jordi Évole y los de El Pozo. Todo gracias a un nombre chino, los únicos que seguirán pasando de los amigos tanto como de los horarios.

Comentarios