PARA QUE se me entienda, una cosa es que permitamos por atonía que Montoro siga ahí como si tal cosa y otra muy distinta que no sepamos como el número de nuestro DNI que en Hacienda tragaron con lo de Rodrigo Rato como ahora tragamos nosotros con ellos. O sea, mirando para otro lado. Una cosa es que nos asombremos del tamaño de los aerogeneradores al pasar por lo alto de la A-8 y otra muy distinta que no sepamos de sobra que esa autovía tenía que ir a Ferrol. Una cosa es que juguemos a la lotería con una esperanza relativa y otra que nos creamos que le haya tocado veintipico veces a Fabra. Una cosa es que veamos los partidos del Madrid y otra que no percibamos que Florentino Pérez es un gángster 2.0. Una cosa es que veamos El Hormiguero y otra muy distinta que los que salen allí sean licenciados en Químicas, del mismo modo que una cosa es ver 'El Club de la Comedia' y otra asumir que lo que te están contando allí es un chiste. Y es que en un día como hoy hay que tener claras estas cosas para que alguien entienda que una cosa es que seamos creyentes y otra muy distinta que firmemos el asesinato de los primogénitos de un país entero a manos de un dios bondadoso.
