Opinión

Un ADN muy particular

UN DAÑO colateral de la independencia de Cataluña será que no podremos seguir en detalle su lucha contra las cacas de perros. Sé que en este punto esto se lo está tomando a broma quien nunca haya pisado ninguna, pero los que tuvimos que limpiarlas y, sobre todo, neutralizar ese olor de frenopático, sabemos de lo que hablamos y su trascendencia. Nos guste o no, los catalanes siempre fueron por delante en muchas cosas. En esto vuelven a demostrar su poderío: en tres de sus comarcas trabajan ya en un sistema que analiza el ADN de las heces y con él se identifica al perro sin sombra de duda. La broma le sale al dueño entre 300 y 600 euros. Como puede ver, van muy avanzados pero la pela sigue siendo la pela. Eso también hace país. El terreno que nos sacan se nota en todo. Aquí eso sería impracticable. Con lo que hay que esperar a que te llamen para un TAC, imagínese lo que podrían llegar a tardar en sacar el ADN de una boñiga. Eso suponiendo que haya alguien dispuesto a recogerla. Hoy por hoy nadie consigue sacar adelante una sola multa tras ver a un perro aliviándose. Si hay que esperar a que alguien lo recoja, sale más a cuenta reasfaltar la calle entera.

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