Opinión

Vocabulario generacional

MI ESCENA favorita de 'Harry el Sucio' no es esa en la que reta a un tipo (negro y herido) a aventurar si disparó las seis balas de su Magnum 44 o le queda una. Es otra en la que está espiando con un telescopio de tierra y se fija en un piso en el que llaman a la puerta y su ocupante recibe a los visitantes completamente desnuda. Creo que es la única vez en la que Callahan flaquea un poco y masculla: «Harry, tienes que salir más». Mi actual vecina en esta casa, Laura Ramos, a la que adornan 23 años, vino ayer a decirme lo mismo: «Pablo, tienes que salir más». Todo fue porque me cachó una conversación telefónica que acabé así: «Okey Makey». Con una risa maliciosa opuso si en la siguiente llamada iba a soltar aquello de «Digamelón». Teniendo en cuenta mi megalomanía lo peor fue que llevaba razón. No hay mejor forma de llamarte viejo que evidenciártelo ante el espejo de las actitudes. Y eso que pareció no darse cuenta de que llevaba una camiseta de ‘Casablanca’, o tal vez no dijo nada porque la verdad es que parece buena persona. Luego me vengué a gusto porque resultó no saber el significado de ‘fato’. Estuve por contraatacar y soltarle: «La cagaste, Burt Lancaster», pero iba a ser peor.

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