Opinión

Macron, el mejor resultado para España

CUALQUIER acontecimiento en los países fronterizos, Portugal, Francia o Marruecos, repercuten en España, y por tanto el resultado de las presidenciales francesas se seguían con interés máximo. El triunfo de Macron sobre Le Pen ha sido recibido mayoritariamente con alivio.

No por Vox, que mantiene una buena relación con Reunificación Nacional y tuvo como invitada de excepción a Marine Le Pen en un acto celebrado hace poco en Madrid. Para Abascal habría sido un impulso considerable que por primera vez un partido de extrema derecha lograra la jefatura de Estado de uno de los países más poderosos de la UE, lo que le permitiría quitarse de encima la eterna acusación de que los europeos no aceptan a la ultraderecha, como llaman despectivamente a Vox y a RN sus detractores. También es buena noticia para el PP, que asume mal la necesidad de ‘cohabitar’ con Vox y es consciente de que la llegada de Le Pen al Elíseo sería un espaldarazo para Santiago Abascal. Pero sobre todo es bueno para el PP que la continuidad de Macron porque En Marcha, como ocurría con Los Republicanos de Sarkozy, son partidos de su misma cuerda.

PSOE y Pedro Sánchez no han recibido buenas noticias de Francia: el descalabro de Anne Hidalgo en las presidenciales, amiga personal del presidente español, la peor candidata presentada nunca por el PSF, pues no logró siquiera el 2 por ciento de los votos, coloca al socialismo francés al borde de la desaparición. Sánchez tiene buena relación con Macron pues le interesa a los dos gobernantes, pero con toda seguridad Macron se ocupará de estrechar lazos con Feijóo por cercanía ideológica y porque es un político con futuro. Lo comprobaremos en unas semanas, cuando el presidente del Partido Popular empiece a organizar su agenda internacional. Macron va a ser la figura indiscutible de la Unión Europea junto a Mario Draghi. El Brexit por una parte, y sobre todo la guerra de Ucrania después, deja el liderazgo europeo en manos de Francia e Italia, ya que Alemania queda muy ‘tocada’ por su dependencia energética de Rusia, que tiene atado de pies y manos al canciller Olaf Scholz, del PSD, obligado a velar por los intereses de los ciudadanos de su país, que no coinciden con las medidas que propone Bruselas.

El SPD, por otra parte, sufre tiempos de desprestigio por la biografía del excanciller Schröeder, que nada más dejar el gobierno aceptó un sustancioso contrato con los rusos para incorporarse a la gasística Gazprom. Hoy trata de bloquear todas las iniciativas europeas contra Nord Stream 2, y sus maniobras prorrusas afectan a la imagen del PSOE y de toda la socialdemcoracia europea.

Para el presidente español, que hace alarde de ‘coleguismo’ ante cualquier triunfo del socialismo europeo, la actitud actual Schröeder le daña políticamente… pero sobre todo que el PSF se encuentra en proceso de desaparición, como ocurrió en Italia.

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