Opinión

El rey del norte

Miguel Anxo Fernández Lores, acompañado por Anabel Gulías. DP
photo_camera Miguel Anxo Fernández Lores, acompañado por Anabel Gulías. DP

SE LE ve relajado a Miguel A. Fernández Lores, como esos futbolistas que de tanto jugar partidos importantes saltan al campo mascando chicle o tarareando una canción, como si acabasen de comer un cocido y fueran de camino al karaoke. No parece que el estrés propio de la campaña haya hecho especial mella en él y, para mi sorpresa, me lo encuentro vapeando como un hípster en una terraza, rodeado de los suyos y con las gafas de sol haciendo la función de corona. Es un gesto, el de colocarse las gafas en el punto exacto de la cabeza para que se sostengan pero sin caer en la ostentación, que dice mucho de la seguridad en sí mismo que atesoran los que todavía frecuentan esa práctica tan ochentera.

No es el mejor lugar -al lado de A Ferrería, sin un coche a la vista y con la plaza a rebosar de niños jugando- para tratar de ponerlo en aprietos. Y eso es así porque, de todos los candidatos que concurren a estas elecciones, Lores es el único que se puede permitir el lujo de enseñarte su programa electoral señalando con el mentón. "O mellor está por vir", reza su lema de campaña. Podría haberlo simplificado en un "¡Mira para ahí, oh!". Aquella Pontevedra que solo él y algunos más tenían en la cabeza cuando les llegó el momento de gobernar, es hoy una realidad al alcance de todos, de ahí que sea tan fácil vender las bondades del modelo y tan difícil atacarlas.

Como en esa franja del debate no parece haber partido, sus rivales han redoblado esfuerzos esta semana insistiendo en el cansancio acumulado del regidor, y apuntando a una eventual retirada a mitad de mandato. Eso nos deja una primera conclusión bastante evidente: todos ven ganador a Lores por quinta vez consecutiva. Y una segunda, también bastante obvia: empiezan a temer que pueda haber una sexta. Porque nadie abandona su título de rey en el Norte así como así y, llegado a este punto, no diré mucho más porque no tengo ninguna intención que hacerle spoilers al mismísimo alcalde (está viendo Juego de Tronos pero todavía va por la quinta temporada). Si para alguien se acerca el invierno, no parece ser para un Miguel A. Fernández Lores que, antes de marcharme, amenaza con contar un chiste: "¿Sabes o da cacatúa?", pregunta. Al final será verdad eso de que, lo mejor, está todavía por venir.

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