Opinión

El cuidado del medioambiente en Galicia

Las sanciones por la plantación ilegal de eucaliptos crecen sin cesar, actualmente superan las 26 al mes, con más de un centenar de expedientes abiertos durante los primeros 4 meses de 2021 a 166 propietarios que plantaron incumpliendo la prohibición de hacerlo en zonas de la Red Natura

El próximo día 5 de junio de 2021 se celebrará oficialmente el Día Mundial del Medioambiente a propuesta de Naciones Unidas y el país anfitrión será Pakistán. Ese evento será el marco para el lanzamiento del Decenio de las Naciones Unidas sobre Restauración de los Ecosistemas.

El objetivo de la restauración de los ecosistemas es prevenir, detener y revertir la degradación de todos los ecosistemas de todos los continentes y océanos. Pero no solo eso, también lleva asociado "erradicar la pobreza, combatir el cambio climático y prevenir la extinción masiva" y para ello piden la unión al movimiento mundial para la restauración del planeta, conscientes de la importancia de la actitud individual y del poder de las comunidades para salvar el planeta.

La ONU estima que cada $ invertido en la restauración de bosques degradados puede generar 30 $ en beneficios económicos. Es normal que se resalte que también económicamente puede ser rentable porque nos movemos en un mundo gobernado por el Mercado. Incluso se le podría añadir el coste que la degradación de los ecosistemas y el cambio climático provocan en externalidades que recaen sobre la sociedad, ajena a los beneficios de la explotación que genera los desastres, pero que acaba pagándolo en economía y salud.

El Día Mundial del Medioambiente pretende recuperar nuestros ecosistemas para 2030 porque proteger y mejorar el medioambiente es proteger y cuidar nuestra salud y lograr un futuro más sostenible; con su celebración Naciones Unidas pretende convertirlo en una plataforma de divulgación y concienciación mundial sobre la situación de nuestro planeta.

Y puesto que ésta es una cuestión que nos atañe directamente a todos, no viene nada mal hacernos unas cuantas reflexiones al respecto. La primera hace referencia a la economía y el poder, como no podía ser de otra manera, y la segunda nos lleva a lo que está ocurriendo en nuestro entorno.

Todas las personas que nos preocupamos por el medioambiente, el agotamiento de los recursos, las energías renovables, el crecimiento sostenible y la necesidad de un decrecimiento programado, hemos recibido la advertencia del peligro que supone la utilización perversa de estos conceptos en aras de la explotación depravada de "lo ecológico y las energías verdes". Un peligroso enemigo llamado eco-fascismo.

El término eco-fascismo hace referencia a lo que sería un régimen totalitario aplicado al estricto control de los recursos naturales con la supuesta intención de preservar el medioambiente. El término apunta un posible escenario de regímenes autoritarios que posibilite que cada vez menos personas, aquellas que tengan el poder económico, militar, o ambos, puedan acaparar todos los recursos para seguir manteniendo su estilo de vida a costa de que cada vez más gente se vea imposibilitada de acceder a los mínimos materiales que le posibiliten una existencia digna.

Pero volvamos a lo que nos atañe de cerca, a nuestro entorno más próximo y que, pese a que todo tiene repercusiones globales, nos compete directamente el compromiso de regenerar nuestro hábitat y evitar su degradación.

No parece que la Xunta esté dando lugar a la participación ciudadana ni a la oposición política tanto para el debate como para simple información transparente de las medidas que está tomando en políticas medioambientales y de desarrollo agro-ganadero, industrial y energético. De no ser así, no estarían denunciando esa falta de participación y transparencia los representantes políticos de la oposición, ni habría denuncias y manifestaciones ciudadanas y del Sindicato Labrego entre otras organizaciones, de forma permanentes en diversos ayuntamientos de toda Galicia en protesta contra las políticas agrarias, las plantaciones de eucaliptos que arruinan agricultura y ganadería de forma irreversible y las concesiones de parques eólicos que, sumados a los demás desatinos, supondrán la transformación definitiva de nuestra tierra en un páramo desolador.

Por poner algunos ejemplos puntuales, el colectivo Terra Chá Sostibel denunció ayer públicamente su queja ante la jefatura territorial de la Consellería do Medio Rural en Lugo por la existencia de dos plantaciones ilegales de eucaliptos que amenazan de forma directa la continuidad de la actividad agraria y ganadera. Alertan de que dichas plantaciones afectan a más de cien Ha afectan a 64 parcelas de los concellos de Begonte, Friol, Castro de Rey, Outeiro de Rey y Lugo.

Estas conductas no son nuevas y muestran una gran falta de responsabilidad por quienes incumplen la Ley y perjudican de manera ilícita y muy seriamente a terceros.

Las sanciones por la plantación ilegal de eucaliptos crecen sin cesar, actualmente superan las 26 al mes, con más de un centenar de expedientes abiertos durante los primeros 4 meses de 2021 a 166 propietarios que plantaron incumpliendo la prohibición de hacerlo en zonas de la Red Natura, bosques con predominio de frondosas, proximidad de viviendas, o transformación de un terreno agrario en forestal sin permiso de la Administración. En 1919 la Xunta abrió 2.316 expedientes por a plantaciones ilegales y en 2020, pese a la pandemia, abrió1.141 por la misma causa.

Si hablamos de los parques eólicos, en mayo de 2020 la Consellería de Medioambiente tenía publicado el inicio de la tramitación de 19 parques de los que 10 se ubican en la provincia de A Coruña. Trece de de esos parques fueron publicados en pleno confinamiento y se redactaron en el mes de marzo. No es de extrañar que ahora Galicia arda en manifestaciones de protesta contra la invasión eólica terrestre y marítima, en una Comunidad que ya produce más energía de la que consume y paga el consumo al tercer precio más caro de la U E. Una sola compañía, Greenalia, tiene 19 parques eólicos en trámite cuya ubicación está prevista en Vilasantar, Aranga, Arteixo, Culleredo y A Laracha, con lo que contará en Galicia con 116 aerogeneradores.

A Pontevedra también le tocan nuevos parques eólicos, entre otros los 48 aerogeneradores de 200 m. de altura previstos para a Serra da Groba, (reserva natural de especies de fauna autóctona y otras en peligro de extinción), y que fue motivo el pasado día 16 de una marcha de protesta multitudinaria con la participación de seis alcaldes de diferentes formaciones políticas. 

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