Opinión

Dictaduras y resistencia

DICE Marcos Roitman, profesor titular de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense, que ningún rincón del planeta ha sido más castigado en las últimas cinco décadas que América Latina. Asegura que los modos en que se ha depuesto la democracia se han transformado radicalmente y que hoy, los golpes de Estado se ejecutan en los despachos de los poderes industriales y financieros, con la connivencia de jueces y policía y aprobados en instituciones ajenas a las urnas. "Desde el derrocamiento de Albenz en Guatemala, pasando por la toma del Palacio de la Moneda y la muerte del Presidente Allende en Chile, hasta la autoproclamación de Guaidó en Venezuela con el respaldo de Estados Unidos y sus aliados, Por la razón o la fuerza ofrece el descarnado relato de los golpes y ataques a la democracia que siguen abriendo las venas de América Latina".

Razón no le falta desde luego porque si repasamos un poco los acontecimientos que condujeron al derrocamiento de los Gobiernos democráticos y la sustitución por dictaduras, veremos que siempre se repiten y van de la mano el ataque a las democracias, la apropiación de los grandes recursos naturales de los países afectados y la intervención extranjera en los derrocamientos.

El precedente a Venezuela fue Brasil, con la destitución de Dilma Rousseff mediante el uso ilegítimo del derecho, hecho que el mismo Themer reconoció en una ocasión a la cadena Globo en los últimos días de su mandato. Por cierto, la justicia que Themer avaló para mantener a Lula en la cárcel pese a la orden de excarcelación del Tribunal Superior, está ahora ocupándose de él por corrupción y curiosamente, Moro, el juez que encausó y mantuvo a Lula preso es ahora ministro con Bolsonaro. De las políticas sociales, educativas, sanitarias y laborales llevadas a cabo por los Gobiernos de Lula y Dilma apenas quedan rastros; ha bastado el corto tiempo de Gobierno de Themer y el más corto todavía que lleva Bolsonaro para dar un giro total a la política social y permitir la entrada de las grandes corporaciones extranjeras a la explotación de sus recursos naturales, destruyendo grandes extensiones de la selva amazónica, contaminando las aguas, exterminando a líderes indígenas y desplazando por la fuerza, cuando no mutilando o también eliminando a la población indígena de las zonas cuyo subsuelo contiene riqueza que interesa explotar.

Pero volviendo a esa forma de golpes de Estado practicados de una forma aparentemente limpia e indolora, mediante la paralización política y económica y la inmovilización judicial para impedirles alcanzar sus objetivos, tenemos el caso de Paraguay con la destitución del Presidente Fernando Lugo, Honduras con el derrocamiento de Manuel Zelaya y posteriormente, en 2015, el asesinato de Berta Cáceres, líder y fundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas y cuya actividad molestaba al régimen lo que la llevó a correr la misma suerte que otros líderes sindicales, estudiantiles o campesinos que, por la defensa de la democracia y de sus derechos, fueron ajusticiados y eliminados en la etapa posterior a esos llamados golpes blandos.

Todos los derrocamientos fueron seguidos de ajusticiamientos y represiones brutales con el fin de eliminar cualquier resistencia al nuevo régimen. En cuanto a Chile, presidido por Pinochet tras el golpe de Estado, es famosa la afirmación de Henry Kissinger refiriéndose a él en los términos de "pedimos un cirujano y contratamos a un carnicero".

Las luchas por la dignidad y la soberanía nacional continúan latentes en América Latina y son muchas las personas que no se doblegan ni renuncian a su deber de demócratas, perseverando en la lucha por un mundo más justo e igualitario; pero las dictaduras criminalizan las protestas sociales y reprimen y asesinan a quienes vencen el miedo y se revelan y también a quienes luchan por la libertad de expresión y para que la verdad transcienda.

Decía George Orwell "noticia es todo aquello que se quiere ocultar, lo demás son relaciones públicas" y Chesterton consideraba que "periodismo consiste en decir lord Jones ha muerto a personas que no sabían que lord Jones estaba vivo"; pero hay más, Onetti considera que hay varias formas de mentir y que la más repugnante de todas es decir la verdad ocultando el alma de los hechos. Tal vez porque los hechos tomarán la forma del sentimiento que los llene es tan importante revelar su alma, eso que se quiere ocultar. Tal vez por eso el periodismo es un trabajo peligroso cuando se ejerce bien y por eso, en 2018 perdieron la vida 63 periodistas, (un 15% más que en 2017), y 60 se encuentran secuestrados además de 348 encarcelados. Según el informe anual de RSF, 702 periodistas fueron asesinados en los últimos 10 años y el 45% de esas muertes violentas corresponde a periodistas que no trabajaban en zonas de guerra. Tal vez gritaban el alma de los hechos.

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