Opinión

Educación y violencia

La razón por la que los expertos y docentes dan importancia a la educación sexual de los jóvenes es porque ayuda a mejorar su salud tanto física como emocional

EDUCACIÓN, VIOLENCIA Y sexualidad parece que sean conceptos estrechamente vinculados si en realidad se quiere eliminar el maltrato y la violencia que sufren las mujeres en la sociedad patriarcal. Por otra parte, una intervención educativa con esta perspectiva redundaría en una mejor vida afectiva, sexualidad más satisfactoria y mayor desarrollo integral de las personas, independientemente de la cuestión de género.

Si alguien se está preguntando por qué es necesario que los centros educativos impartan educación sexual, yo les recomendaría profundizar en la línea de conocimientos expuesta por Drashko Kostowiski, una de las personas mejor cualificadas en relación con el tema, puesto que ha participado en la investigación de los efectos de estos contenidos formativos en países en los que la educación sexual está incluida en las materias curriculares de la formación. Actualmente es responsable de educación sexual de la Federación Internacional de Planificación Familiar.

Este experto internacional en educación sexual ha pedido al Gobierno de España "un compromiso claro con esta asignatura pendiente; porque esos contenidos curriculares son favorecedores claros del desarrollo de vínculos íntimos en igualdad y consenso, facilitando relaciones felices y saludables".

La razón por la que los expertos y docentes dan tanta importancia a la educación sexual de los jóvenes es porque ayuda a me jorar su salud tanto física como emocional, previene contagios de enfermedades venéreas, en las que por cierto se está produciendo un repunte considerable, evitaría embarazos no deseados y les dotaría de información para prevenir tanto éstos como las enfermedades de transmisión sexual.

Estos aspectos, que también figuran en la guía internacional de la UNESCO, tienen la capacidad de ayudar a las personas a cuidar de sí mismas y también de los demás, pero sobre todo, ayudan a desarrollar la empatía. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos destaca la necesidad de preparar a los niños para hacer frente a las realidades sociales, tanto en la intimidad como en la sociedad en la estamos inmersos y, esa responsabilidad, también se centra en la obligatoriedad de incluirla en la educación pública.

Los resultados de las investigaciones sobre violencia machista demuestran que los estudiantes que han tenido formación sobre sexualidad en sus curriculums entienden de otro modo las relaciones de género y son más igualitarios, equitativos y capaces de cuestionar las normas sociales sexistas y homófogas, contribuyendo por otro lado a evitar el acoso en las escuelas.

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