Opinión

La felicidad del ignorante

Aún bien no se anunció la marcha del Vicepresidente segundo del Gobierno de coalición, no faltaron los brindis y los gritos de alborozo de todos los que odian visceralmente a Pablo Iglesias. 

Lo cierto es que no solo se felicitaba la derecha neocapitalista; también berreaban de contento muchos de los desfavorecidos a los que "El coletas", (como ellos gustan de llamarle), fueron el principal objetivo de protección desde que Pablo Iglesias llegó al Gobierno. 

Lo primero que pone de manifiesto la decisión de Pablo Iglesias es que estamos ante un político de convicción, que no estaba en el Gobierno por ambición personal y afán de ocupar tal puesto. Unidas-Podemos lucha contra la desigualdad social, la corrupción y el avance del fascismo y, en esa lucha, lo de menos es el puesto que se ocupa sino la función que cumple o al menos, por lo que se lucha. 

Ningún otro político renunciaría a una Vicepresidencia del Gobierno de uno de los grandes países de la UE. Ningún otro está tan capacitado como Pablo Iglesias para tener una vida plácida y bien pagada fuera de la política y sin tener que recurrir a las puertas giratorias. De hecho, como catedrático, empresario, productor de programas y asesor a instituciones, ya era brillante y prolífico antes de entrar en política. 

La salida de Pablo Iglesias del gobierno hace caer muchas falsas etiquetas que sus contrarios le colgaban, pero también hará más visible la barrera de protección de los más desasistidos que él representaba y que Pedro Sánchez está dispuesto a derribar. 

Algún día muchos de los que tanto le han insultado, vilipendiado y amenazado mientras restaban importancia a la Gurtel, Villarejo y tantas otras corruptelas y estafas de dinero público, se tirarán de los pelos y caerán de la burra de que no todos son iguales por mucho que los ignorantes y los corruptos los quieran igualar. 

Lo que estamos viendo estos días es que el Vicepresidente Pablo Iglesias era un buen gato que mantenía a raya a las insaciables ratas especuladoras y tiraba del Gobierno hacia el cumplimiento de unos pactos más sociales, más humanos y más justos. Y para ver esto no hace falta militar en Unidas-Podemos. 

Es cierto que la figura de Pablo es carismática y tiene tirón, pero no olvidemos que pertenece a Unidas- Podemos y que esas son las fuerzas a las que sirve y así lo demuestra situándose dónde haga falta para luchar contra la corrupción, la especulación descarnada y el fascismo. 

El Gobierno de coalición ha tomado importantísimas medidas de protección social que el PSOE jamás tomaría de no estar sujeto a unos pactos firmados con su socio de Gobierno y depender de votos de la izquierda parlamentaria. Y la figura de Pablo Iglesias sí tuvo ahí un peso de contención importante. 

Ya estamos viendo como Pedro Sánchez se crece ahora y degrada a Yolanda Díaz a la Vicepresidencia tercera para someter su actuación a la ascendida Nadia Calviño, la más proclive del Gobierno a las políticas económicas neoliberales, pretendiendo con la jugada controlar las actuaciones del Ministerio de Trabajo. 

Para entender lo que subyace en las maniobras del PSOE, basta con reflexionar sobre unos cuantos movimientos de ficha por parte de los socialistas a favor de las demandas de los capitalistas y la deriva de los «empresarios»/especuladores y esclavistas. Y entrecomillo lo de «empresarios», porque a los que refiero se merecen más bien el segundo calificativo y no mancillar el término que correspondería únicamente a los empresarios de verdad. 

Recordemos dos ejemplos, a tenor de lo que apunto, que han sucedido estos días. 

El primero, la reacción de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores, (Asaja), frente a las 60.000 cartas que la Inspección de Trabajo está enviando a las empresas en las que se ha detectado fraude en la contratación agraria, ámbito en el que se han confirmado situaciones irregulares, incluso calificadas de esclavitud detectadas en España por organismos internacionales y, para nuestra vergüenza como país, bien documentadas. 
Partimos de que el pasado día 22 de febrero la Inspección de Trabajo puso en marcha el plan contra la temporalidad fraudulenta que dio como resultado la conversión de 61.000 contratos temporales fraudulentos en fijos en menos de tres semanas. Pues bien, esas cartas informan a los empresarios de las situaciones de fraude potencial que afectaban a 122.528 trabajadores, de cuál es el tipo de contratación temporal legal. 

Asaja ha pedido a la Ministra de Trabajo que se suspenda el plan de choque contra el fraude de la contratación temporal y el presidente de la patronal del campo, Pedro Barato, apunta a la Ministra que esta campaña para regularizar el fraude demoniza la imagen del campo. ¡Puede haber mayor desfachatez! Pues atentos al resultado que no es cuestión baladí. 

Y visto esto, del pacto sobre la reforma laboral ¿qué cabe esperar? 

El otro ejemplo es la propuesta del PSOE presentada el pasado miércoles por el Sr. Ábalos, Ministro de Transportes y Agenda Urbana, en la que los socialistas se desmarcan definitivamente de la regulación de los precios de alquiler pactada con Unidas-Podemos y propone, por el contrario, aumentar la reducción fiscal del 60% en el IRPF del propietario al 90%; eso sí, siempre que los empresarios rebajen un 10% el precio del alquiler en zonas tensionadas. Es decir, ¿a quién protege el PSOE?, por si quedaba alguna duda, claro. 

Es obvio que algunos saben muy bien lo que están celebrando pero otros, que pensaron que esa también era su fiesta, pronto terminarán por experimentar que bailar en fiesta ajena tiene consecuencias perversas.

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