Opinión

La estanflación

El término “estanflación” es la suma de una inflación desbocada y un escenario de recesión económica y fue acuñado por Ian McLeod, ministro de finanzas británico, ante el Parlamento en 1.965.

Se trata de una combinación muy peligrosa para la economía porque los elementos que la provocan distorsionan el mercado y, según algunos analistas económicos, las medidas convenientes para la corrección de uno, provocan la exacerbación del otro.

Las medidas convenientes para propiciar el crecimiento económico y detener la recesión tienen como efecto secundario la generación de inflación, provocando al final un círculo vicioso que se retroalimenta porque si se incentiva el consumo mediante expansión fiscal y monetaria para salir de la recesión, se generará una inflación que puede conllevar incremento en el precio del dinero por parte del BCE, en el caso de la U E, estrangulando con ello a países con una Deuda Pública elevada, porque se verían obligados a pagar altísimos intereses con motivo del encarecimiento del dinero.

La situación de la economía actual, en la que varios analistas de economía y geoestrategia estiman que la situación podría acarrear la conjunción de una crisis en la que el petróleo alcance precios desorbitados, hasta los 90 euros el barril según algunos pronósticos, que junto con una excesiva fortaleza del dólar podría provocar una tormenta económica de consecuencias imprevisibles. De ahí que algunos pronostiquen una estanflación.

Los países desarrollados tienen reservas estratégicas de petróleo para hacer frente a estas crisis, de forma que cuando se produce una excesiva elevación de los precios, recurren a esa reserva para satisfacer su consumo interno. El problema es que esa reserva estratégica ha ido cayendo por debajo de la media, (estimada en dos meses), en gran parte de los países en los últimos años.

El crecimiento de la demanda energética mundial está alcanzando cifras estratosféricas; a mediados del año 2018 la demanda diaria era de 100 millones de barriles por día, frente a los 85,3 millones diarios del año 2006, resultando un ascenso bastante sostenido durante ese período. Pero el gran salto previsto en el consumo según datos de la Agencia Internacional de la Energía, (AIE), se producirá en 2019; este año se prevé un aumento del consumo de 1,4 millones de barriles diarios y serán los países emergentes los principales impulsores de dicho consumo, con China e India acaparando el 62% del total del aumento de dicho consumo.

En cuanto a la previsión del consumo en los países de la OCDE, se prevé una reducción de 280.000 barriles diarios en 2019, mientras que EE UU consumirá el 82% del total de la demanda de los países más desarrollados. En cuanto a la oferta de petróleo, ha descendido el suministro global en 950.000 barriles diarios tras el acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, (OPEP), en diciembre pasado, para ajustar la producción a partir de enero de 2019.

Además de las medidas tendentes a mantener alto el precio del petróleo, diseñadas ex profeso para ello, se están dando circunstancias sobrevenidas, la reducción más allá de lo acordado llevada a cabo por Arabia Saudita y las derivadas de las sanciones económicas impuestas por los EE UU a Venezuela e Irán, hizo que la oferta total de crudo de la OPEP se hundiera provocando una caída en marzo de 280.000 barriles por día con respecto a febrero, de los cuales 150.000 corresponden a Venezuela que incluso llegó a reducir a 650.000 por día cuando la petrolera PDVSA sufrió un paro.

Venezuela es el país con las mayores reservas mundiales de crudo probadas, junto con Irán, (confirmadas para 500 años en el primeo y para 70 en el segundo), ambos con sanciones económicas impuestas por el mayor consumidor de petróleo y cuya mano está detrás de todos los conflictos y derrocamientos de gobiernos cuando hay intereses económicos o geoestratégicos por medio. Los intereses son de los EE UU pero las consecuencias de sus políticas las vamos a pagar todos y ya se están manifestando en Europa porque los precios del petróleo alteran todo el equilibrio de la economía y provoca la temida crisis que puede llevarnos a la temida estanflación

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