Opinión

La expulsión de lo distinto

ASÍ TITULA Byung Chul Han su libro publicado en Alemania en 2016, se presentó traducido al español en 2017 y cuyo eje central gira en torno al otro.

Este escritor alemán nacido en Seúl en 1959 es un filosofo contemporáneo muy reconocido y considerado un experto en estudios culturales; cuenta con una amplia trayectoria de formación en Filosofía en la Universidad de Friburgo, dónde se doctoró con una tesis sobre Martin Heidegger, Literatura alemana y Teología en la Universidad de Munich y, desde 2012, es profesor de Filosofía y Estudios Culturales en la Universidad de las Artes en Berlín.

Con respecto a su obra La expulsión de lo distinto, Claudio Álvarez Terán resalta de ella que el tiempo en que existía el OTRO ya se fue porque la total positividad del hoy lo iguala todo y que el exceso de comunicación actual se convierte en una acumulación deformadora. Hoy se consume sin límites una comunicación siempre igual, una comunicación que iguala nuestros gustos en la red. Habla de cómo el terror de lo igual invade todos los aspectos de nuestra cultura. Solo crece lo mismo; todo es lo mismo.

Al prestar atención solamente a lo igual a nosotros, nuestro horizonte de experiencia se estrecha al limitarse a los que son y piensan como yo y por ello, solamente se reproduce el yo. Entonces, no existe lo distinto. Falta la experiencia que surge de la negatividad de lo distinto. Lo igual no duele, pero solo la experiencia de lo distinto produce transformación.

Con lo igual no hay dolor y por eso nos quedamos en el me gusta, tesoro espléndido de lo igual. Pero lo igual disuelve todas las diferencias y particularidades y da paso a lo que llama "el violento poder global" que disuelve todas las singularidades y genera a un sistema plagado de injusticias.

En esta línea, el neoliberalismo global representa ese poder violento que genera injusticia y exclusión porque expulsa a todos los que no sean aptos para el sistema y perpetúen su seguridad.

El miedo al otro, a lo distinto hace que rechacemos todo aquello que pueda amenazar nuestra seguridad, nuestra igualdad, nuestro futuro. Ahí puede originarse la xenofobia; el miedo al futuro sería el germen de la sociedad del odio, porque la inseguridad social y el futuro sin perspectivas generan desesperación.

Cuando habla de "ser una creación personal" está la línea de pensamiento neoliberal de la "autenticidad" que no es más que una entelequia engañosa, cubierta de un barniz de libertad pero que en el fondo persiste igualmente el afán de ser igual a sí mismo porque en la pretendida “no admisión de normas externas”, rechazadas en aras de ser distinto para ser "auténtico" y "hacerse a sí mismo", esa conducta nos lleva de nuevo al principio.

Sigue faltando la alteridad, esa capacidad de ser otro o distinto, (concepto utilizado en el sentido filosófico como descubrimiento de la concepción del mundo y de los intereses de un otro), en ese afán de diferenciarse de los demás. Y ocurre porque ese intento por ser diferente supone una comparación continua con ellos; todos queriendo ser diferentes por imperativo de la autenticidad y a lo que da lugar es a una "diversidad explotable"; mientras que la alteridad es reacia al aprovechamiento económico, la diversidad solo permite diferenciarse dentro del sistema.

La sociedad del consumo en la que reina una pluralidad aparente permite únicamente las diferencias que puedan ser comercializadas y consumibles por la sociedad. Cómo dice Byung Chul Han, "Ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose".

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