Opinión

Mujeres y ciencia (I)

CUANDO SE habla de ciencia, enseguida se nos vienen a la cabeza los nombres de científicos relevantes en distintas disciplinas, nombres de hombres: Albert Einstein, Isaac Newton, Charles Darwin, Sigmun Freud, …y podemos seguir con la seguridad de encontrar innumerables ejemplos relevantes en cada disciplina científica. Pero no ocurre lo mismo cuando se trata de mujeres.

¿Significa ésto que no hubo ni hay mujeres científicas? Pues no. existen mujeres que realizaron avances espectaculares en ciencia a lo largo de la historia pero, unas veces sus trabajos  y descubrimientos se atribuyeron a hombres y otras, resulta que sencillamente fueron silenciadas.

Actualmente, el número de mujeres universitarias es superior al de hombres y de nuestras universidades salen miles de futuras científicas pero, lo más probable es que todavía hoy, a la hora de ocupar la primera plana, veremos que la mayoría de ellas son relegadas a un plano secundario o ni siquiera figuran.

Fernando Pino recoge en un artículo una selección de diez de las mujeres científicas más importantes de la historia, sin que esto signifique que sean las únicas.

Destaca en primer lugar Hipatia de Alejandría, egipcia nacida en el año 370 y brutalmente asesinada por los cristianos que la consideraban hereje en el año 416. Esta mujer, Hipatia, considerada hoy día como un símbolo de la defensa de las ciencias frente a la irracionalidad y estupidez de los ataques religiosos carentes de sentido. Fue la primera mujer en aportar una contribución sustancial al desarrollo de las matemáticas.

La película Ágora, de Alejandro Amenábar, es un drama histórico que se desarrolla en  la ciudad de alejandría, protagonizada por Rachel Weisz que interpreta a Hispatia, la matemática, filósofa y astrónoma descuartizada e incinerada por los seguidores del obispo y santo cristiano copto, Cirilo de Alejandría.

Hipatia representa la fascinación del ser humano en busca del conocimiento científico. En épocas posteriores tenemos otras científicas destacadas como Sophie Germain, matemática francesa nacida en 1.776 que dejó grandes aportes sobre la teoría de la elasticidad y los números; a ella debemos los números primos de Sophie Germain.

Augusta Ada Byron, Condesa de Lovelace, nacida en Londres en 1.852, considerada una absoluta adelantada a su tiempo y se la conoce como la primera científica de la computación en la historia y, la primera programadora en el mundo. Previó las capacidades de lo que más tarde seria el ordenador.

En el campo de las matemáticas y la computación destacaron también tres brillantes matemáticas afroamericanas que trabajaron para la Nasa a comienzos de los años 60, en plena carrera espacial, cuya vida está reflejada en el libro de Margot Lee Shetterly que dio pié a la película Hidden Figures.

Se trataba de Katherine Coleman Goble Jhonson, nacida en 1.918, física estadounidense, científica espacial y matemática que calculó la trayectoria del vuelo del apolo 11 a la luna en 1.969. Dorothy Vaugan, nacida en 1.910 en Kansas City, trabajó en la NACA, (predecesora de la NASA), dónde destacó en los diversos grupos de trabajo en los que participó, experta en el lenguaje de programación FOLTRAN y en el proyecto para lanzar satélites SCOUT al espacio. Fue la primera supervisora y manager afroamericana en la Nasa. La otra mujer, Mary Jackson, ingeniera y matemática estadounidense, nacida en 1.921, trabajó en el centro de investigación Langley y alcanzó en la Nasa el puesto más alto posible para ingenieros; su trabajo contribuyó a la contratación y promoción de mujeres negras en la Nasa, en el ámbito de la ciencia, la ingeniería y las matemáticas. También se distinguió por ayudar a las jóvenes negras de su comunidad a crear el túnel de viento en miniatura en 1.970.

Siguiendo con otras disciplinas, Marie Curie, física y química polaca, nacida en 1.867, dedicó su vida entera al estudio de la radiactividad y fue máxima pionera en su ámbito. Sus conocimientos en física y química impulsaron grandes avances. sus documentos de trabajo todavía desprenden tanta radiactividad que no pueden ser manejados sin un equipo de protección especial.

En el campo de la física destacó también Lise Meitner, nacida en Viena en el año 1.878; trabajó en el campo de la radiactividad y la física nuclar y fue parte fundamental del equipo que descubrió la fusión nuclear. Sin embargo, el reconocimiento lo obtuvo únicamente su colega Otto Hahn. Años más tarde, el elemento químico de valor atómico 109, se llamó meitnerio en su honor.

Comentarios