DESPEDIMOS UN año caracterizado por el descrédito de la vida política y el auge de la ultraderecha que amenaza a nuestros derechos y libertades y pugna por un retroceso que, junto con el empobrecimiento de la clase trabajadora y el aumento de las desigualdades en el terreno económico, nos retrotraen a una visión del futuro cada vez más propia de la edad media.
En términos de violencia machista las cifras de asesinatos de mujeres en 2019 han batido récords y el aumento de huérfanos por esta razón, y de hijos asesinados por el padre también fue superior con respecto a años anteriores.
Si consideramos la situación económica de las mujeres, la desigualdad retributiva con respecto a los hombres equivale a que las mujeres hayan trabajado gratis desde el 7 de noviembre al 31 de diciembre; en cambio, las pensiones de menor importe, la mayoría de los contratos temporales y a tiempo parcial y el mayor porcentaje de paro lo representan las mujeres.
El nº de personas que viven en la calle ha crecido en cuatro años un 44% en algunas ciudades y la tasa de pobreza en España es la 7ª más alta de la UE, con un riesgo de exclusión social que alcanza el 38,2% en Andalucía, seguida de Extremadura con el 44,6% y, en lo concerniente a Galicia ocupamos el 6º puesto con un 23%. Estos son datos de la Red Europea de lucha contra la pobreza, según los cuales el 21,6% de la población española está en riesgo de exclusión social si se tiene en cuenta exclusivamente la renta. La tasa de pobreza infantil aumentó en 10 puntos en las dos últimas décadas, resultando que 1 de cada 3 niños es pobre; el 55,3% de la población española vive al límite de sus posibilidades y el 27,1% llega a fin de mes con mucha dificultad. Estas cifras demuestran que no se ha cumplido con el compromiso de estrategia europea para 2020.
España es el tercer país con mayor desigualdad en toda la UE, mientras que el nº de millonarios no para de multiplicarse; las últimas cifras publicadas registran 979.000 millonarios en 2019 frente a los 170.000 que había en 2010. El sistema neocapitalista global hace a los ricos cada vez más ricos. Los datos publicados el pasado 1 de enero muestran que los ricos del mundo se repartieron en beneficios en 2019 el equivalente al PIB de España. La realidad es que tras la crisis de 2008, los beneficios de las grandes fortunas han aumentado en sentido inversamente proporcional al descenso de las rentas de las clases menos pudientes.
Si consideramos las condiciones laborales tras la reforma laboral, los salarios decrecen mientras que las horas de jornada aumentan. El pretexto de los empresarios, cuya bonanza es notoria, es competir con los trabajadores de Camboya, India o Brasil, dónde trabajan para empresas como HM o Zara a razón de 3$ al día y cuyas jornadas exceden las 12h diarias e incluso trabajan niños. El mes pasado se denunciaron más de 30 talleres clandestinos en Brasil cuya producción se vincula a Zara.
Por último, señalar que Hacienda, funcionando con Presupuestos de Montoro, batió en 2019 otro record de recaudación a costa de las familias, mientras que la banca recibió el regalo de 1.300 millones de euros en devolución gracias a la figura instaurada por Rajoy para los «activos fiscales diferidos». Vista la evolución, bienvenido sea el primer Gobierno de coalición (PSOE/UP) para España porque, como dicen incluso Premios Nobel de Economía, se impone frenar semejantes desequilibrios.
