Opinión

La pasión turca

HACE TREINTA años puse rumbo a Estambul, una ciudad con apenas turistas españoles. No estaba de moda, era auténtica y el hostal en Divan Yolu distaba de ser lujoso. Era, en realidad, un fiel reflejo de una sociedad tradicional, machista y gris que todavía pervive en un país que se debate entre Oriente y Occidente. Antonio Gala fue el primero en popularizar la pasión turca, mucho antes de la llegada de Bahar, Sarp, Eda o Serkan. Unos nombres que nada les dirán si no son fans de Mujer y Love is in the air, dos telenovelas turcas que causan furor junto con Mi hija. Han logrado llegar a millones de personas y han colocado a Estambul en el mapa. Muchos irán a descubrirla por primera vez y otros, simplemente, volveremos para disfrutar de nuevo de los hamman, el Bazar de las Especias o surcar en ferry el Estrecho del Bósforo.

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