Blog | Estoy Pensando

La drag queen

La drag queen La Prohibida, en la carroza del Orgullo Vallecano durante la cabalgata de Reyes. VICTORIA LERENA (EFE)
photo_camera La drag queen 'La Prohibida', en la carroza del Orgullo Vallecano durante la cabalgata de Reyes. VICTORIA LERENA (EFE)

EN SU capítulo segundo, el Génesis nos cuenta cómo creo Dios a Adán y a Eva. Primero hizo a Adán, modelándolo con tierra y le sopló para darle vida. Luego Adán puso nombre a cada uno de los animales. Eso debió llevar su tiempo. Entonces, Dios se dio cuenta de que Adán estaba solo, porque no se había dado cuenta. Lo durmió, le sacó una costilla e hizo a Eva, que debió ser muy delgada al principio. Dios les dio el Paraíso, tras anunciarles que era todo suyo salvo aquel manzano de allá: tenían todo lo necesario para ser felices: frutas, productos de la huerta y del bosque, caza, ganado, un paraíso para corretear en pelotas y la inmortalidad. Se lo advirtió varias veces: "De aquel árbol no comeréis". Luego se fue a dar un paseo. ¿Y qué fue lo primero que hicieron Eva y Adán? Ir corriendo al árbol y comerse una manzana, según se cuenta en el siguiente capítulo. Lo hicieron inmediatamente. No dieron una vuelta para reconocer sus tierras. No comieron ni una mora, ni por simple curiosidad; no pescaron una trucha ni se fueron de caza. Me está saliendo una homilía. No perdieron ni un segundo. En cuanto se vieron solos, hicieron la única cosa que no se les permitía. Luego pasó lo que pasó. Volvió Dios de su paseo, los encontró escondidos y los echó del Paraíso, los convirtió en mortales y los puso a trabajar.

Desde entonces nos preguntamos de quién fue la culpa: de Eva por coger la manzana, de Adán por no tratar de impedirlo o de la serpiente por tentar a Eva, aunque la verdad es que no tuvo que esforzarse demasiado. También pudo ser de Dios, que para algo puso ahí aquel manzano, que si no lo hubiese puesto no nos avergonzaría ir por la vida en bolas como Cristiano Ronaldo. Seguiríamos en el Paraíso disfrutando de una vida regalada. De ahí venimos todos, de Adán y Eva, bien por la línea de su hijo Caín, el que mató a Abel, bien por la de su otro hijo, Set, pues Abel murió sin descendencia. Los grandes personajes bíblicos, como Noé, David, Moisés o Matusalén proceden de la línea de Set, que pasa por Jesús de Nazaret y llega hasta nuestros días, días en los que hay hombres y mujeres que ponen el grito en el cielo porque una drag queen se sube a una carroza de Reyes. Porque no es tradición, dicen. Lo que hacen es lo que nuestros ancestros Adán y Eva: esconderse de Dios tras comer la manzana.

¿Desde cuándo es tradicional que los Reyes aparezcan en helicóptero?

¿Quién decide dónde empieza y acaba una tradición? ¿Desde cuándo es tradicional que los Reyes aparezcan en helicóptero, en plan Juan Carlos I? ¿Poner a Bob Esponja y a Peppa Pig encima de un camión es tradicional? Esconderse tras la tradición como Adán y Eva se escondían entre los árboles es, como mínimo, un signo de debilidad. La tradición no tiene vela en este entierro. No es una discusión sobre tradición sí o tradición no. Esto va de homosexuales y de transexuales, y de gente a la que le molesta su propia existencia. Son los que dicen que una cabalgata de reyes puede haber 16 carrozas repletas de heterosexuales pero ni una en la que haya diversidad sexual o de género porque eso no es tradicional, no como poner a los reyes llegando en moto, como hicieron en Ponferrada, que eso sí es tradicional y por eso nadie se quejó.

Estas batallas siempre son cuestión de tiempo y siempre las pierden los mismos. Sucedió con el divorcio, con el aborto, con el matrimonio homosexual. Hay quien prefiere cambios y quien pretende seguir viendo la tele en blanco y negro. Son como una enorme comunidad amish negándose a mirar a su alrededor y aceptando que la sociedad evoluciona, y al menos en algunas cosas para bien.

Caín mató a su hermano el día que ambos, todos ilusionados, llevaron una ofrenda a Dios. Dios alabó la ofrenda de Abel, un corderito gordo, e ignoró a Caín, que se quedó hecho polvo. A saber qué le llevaba Caín. Sabe Dios, que hizo que Caín se sintiera inferior y diferente. Desde entonces la humanidad siempre ha buscado seres inferiores entre los suyos, y como no los hay, se los ha inventado: mujeres, homosexuales, ateos, negros, indios, judíos, kurdos, gente a la que someter y de la que recibir ofrendas.

Lo más curioso del asunto es que Dios perfectamente podría ser transexual, homosexual, o drag queen. No lo sabemos porque en ningún lado se aclara ni él lo dice. Así que estamos peleándonos por una drag queen en una carroza y probablemente sea lo más parecido a Dios que podemos ver en una cabalgata, salvo que Dios sea uno de los tradicionales Lunnis de todas las cabalgatas. Si lo que le preocupa a alguien son sus hijos, que empiecen contándoles la verdad: que los Reyes Magos no existen y las drag queen sí.

Comentarios