Opinión

Alcaldes absolutos

HAY LÍDERES que están por encima de las siglas a las que representan. Abel Caballero, por ejemplo, o Lores. Podrían presentarse con una marca propia y seguirían ganando. El PP tiene en esta comarca varios ejemplos, como el de Jorge Cubela, que a sus 30 años lleva tres mayorías absolutas y queda bien posicionado para reclamar una silla en la Deputación, incluso como portavoz. Dejó al PSOE de Lina Garrido en tres concejales, y eso que ella se trabajó la campaña como nunca, pidiendo el voto casa por casa. Se vio castigada a derecha e izquierda con la entrada de Ernesto Filgueira, que devuelve al BNG a la corporación. Garrido es una rival muy digna, y el propio Cubela lo reconocía este jueves en Pontevedra, pero tiene la mala suerte de enfrentarse a un líder adorado en Cerdedo-Cotobade. Aunque el PSOE hubiera presentado al Papa Francisco, Cubela se lo hubiera comido con patatas. Jorge Cubela se convierte en una verdadera referencia para el PP y ya no sólo en el territorio comarcal o provincial. Por edad, experiencia y trayectoria puede ser uno de los puntales de un PP en horas bajas al que no le sobran precisamente líderes con carisma y votos. Lo bueno de Cubela es que lo mismo se pone una boina que un birrete y ambos le quedan bien. Ojo a eso. Si arriba no están pensando ya en promocionarlo a mayores objetivos, no sé a qué esperan.

Otra que tiene marca propia es María Ramallo. Hace unos tres meses le dije que no tenía de qué preocuparse. Yo había estado un par de días antes en una reunión en la que había varios vecinos de Marín, casi todos ellos muy nacionalistas y muy de izquierdas que tenían claro que votarían a Ramallo. "A o PP, non: a María". Parece que el futuro del PP, al menos en esta comarca pasa por líderes sólidos como ella más que por las siglas. Ramallo no sólo reeditó su mayoría, sino que la reforzó con una subida espectacular.

Lo mismo ocurre en Sanxenxo con Telmo Martín (q.e.p.d.). Ocho años después de fallecer en Pontevedra, Telmo vuelve a sacar una absoluta. Supongo que eso le demuestra que el mayor error que cometió en su vida, cegado por la ambición, fue el de intentar durante dos elecciones ser alcalde de Pontevedra.

En Barro ha sido espectacular el avance del alcalde Abraldes, que le quita un concelleiro al PSOE y otro al PP de Landín y saca una absoluta tras cuatro años de gobierno en coalición. En este caso la derrota de Landín es humillante. Un histórico que volvió a presentarse para recuperar la alcaldía y salió esquilado. El que sí lo logró fue Crespo en Lalín. Sorprendió a un confiado Cuíña, el alcalde más mediático del mundo, que hizo una obra formidable promocionando a su municipio y a sí mismo. Durante el recuento le dije a un amigo común que no entendía lo de Lalín. "Por lo que se ve, que Cuíña nos caiga bien y que lo queramos no significa que sus vecinos lo consideren un gran alcalde", me dijo. Bueno, pues eso será. Cuíña anunció que seguirá en la oposición y eso le honra. Si hay un líder que podría retirarse de la política en lugar de quedarse cuatro años en la oposición, ése es Cuíña.

Otro que arrasó es el alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, con una subida espectacular que le catapulta también a la mayoría absoluta hundiendo al PP de Antón Xil. Algo habrá hecho bien Díaz, aunque no sé qué puede ser. Para mí es un misterio. Aunque gobernaba en coalición, el PSOE no había sido jamás el partido más votado en Ponte Caldelas y por tanto nunca había alcanzado una mayoría absoluta. No queda más remedio que felicitarle y desear que Antón Xil, un buen candidato, siga insistiendo.

El que se enfadó mucho con sus vecinos fue Enrique Vaqueiro, candidato del PSOE a la alcaldía de A Lama. Creo que antes de nacer ya se presentaba, siempre sin éxito. Y se hartó de batirse contra Jorge Canda, que consolida su absoluta y deja al PSOE con dos concejalillos, la mitad de los que tenía. Lo que más molestó a Vaqueiro fue perder en su parroquia, que por cierto es la misma que la de Canda. Tanto se enfadó que dijo que deja la política, de A Lama y cierra su casa para irse a un lugar mejor. Si lees esto, Enrique, déjame las llaves de tu casa de A Lama para pasar los fines de semana.

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