Opinión

Bruños coma puños

Papeletas en un colegio electoral de Pontevedra. GONZALO GARCÍA
photo_camera Papeletas en un colegio electoral de Pontevedra. GONZALO GARCÍA

CUANDO A uno lo invitan a una reunión de voluntarios que hacen buzoneo para el BNG, lo que espera es encontrárselos en un antro que apesta a marihuana y a ellos tocando la flauta y acariciando a sus chuchos piojosos mientras piensan en quemar fotos del rey y salir a apalear a pobres antidisturbios. Vaya, lo que cualquiera imaginaría que hace la juventud nacionalista de toda la vida de Dios. Igual esas cosas las hacen en sus ratos libres, o no. Lo mismo van todos juntos a misa a rezarle a La Peregrina por la unidad de España. Qué sabré yo, que soy obeso.

Lo que hacen cuando se reúnen para organizarse es sentarse alrededor de una mesa y ponerse a trabajar. Tampoco son un grupo de mozos y mozas adolescentes. ¡Ah, dónde quedó aquella muchachada rebelde que iba a cambiar el mundo! Pues yo se lo digo: ahora tienen setenta años y ya no están para enarbolar banderas ni para levantar adoquines. Pues resulta que en la infantería del BNG de Pontevedra, quienes se ocupan en meter en su buzón la papeleta, no son todos mozos y mozas quinceañeras, sino mayoritariamente personas dispuestas a dejarse la vida entera para buzonear las papeletas por cada portal de Pontevedra. Me cuentan que como mínimo 40.000 pontevedreses recibirán en su buzón el mensaje del BNG.

Bah, son tope rebeldes. Cinco personas, cuatro mujeres y un hombre. El hombre es un muchacho con tupé rockero que a todas luces es quien recibe órdenes. El equipo es tan mujeriego como feminista. Que se sepa que quienes defendemos la independencia de Galiza nos jugaríamos la libertad sin movernos de este salón. De hecho, el único hombre del equipo, Lois, lleva un flequillo rocker nada independentista y no está ni afiliado al BNG, pero dedica la vida a repartir publicidad del BNG porque quiere hacer país. Pues eso, que voy profundizando en el asunto y resulta que entre el equipo de cinco personas que buzonean al BNG sólo dos son afiliados, y así resumimos en siete palabras el resultado previsible de las elecciones. Yo pregunto cómo una candidatura cualquiera puede formar un equipo de cinco personas para buzonear a 40.000 ciudadanos. La respuesta es magistral: "Porque un é un pouco vago, que se non facíamolo entre catro".

Y ahí se entienden muchas cosas: por ejemplo, que el mensaje de Lores llegue a todas partes y otros no. Que resulta que los del BNG tienen una vanguardia de buena gente que se reúne a primera hora de la mañana, organizan el territorio y se curran ocho o diez horas al día para que usted tenga su papeleta para votar. Y resulta que de las cinco personas, tres ni siquiera están afiliadas. Pues eso debiera dar miedo a los rivales. Se llaman Mari, Azucena, Merchi, Lois y Geles. Cuando nos lleguen los resultados la noche del recuento solamente yo reconoceré que el mérito de la victoria pertenece a este equipo de valientes que solamente piden a cambio, me lo dicen, "percebes ou bruños coma puños". Yo exijo esa cena y me apunto, que de cada mil votos del BNG, mil y pico pertenecen a esta buena gente.

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