Opinión

Casi toca cambio

Con los primeros recuentos oficiales, tocaba cambio. Durante unos minutos, el PP de Rafa Domínguez, triunfador indiscutible de esta pasada noche, tuvo 13 concelleiros, mayoría absoluta. Cuando empezaron a llegar los votos del casco urbano, los de las mesas grandes, bajó a 12 y luego a 11, igualando al último resultado de Telmo Martín (q.e.p.d.) en 2011. 12 años tardó el PP en recuperar esa representación.

Así que con el 100% del voto escrutado no, no toca cambio, pero el BNG sufre un correctivo. Si el PP recupera el acta que le quitó Ciudadanos hace 8 años y le quita otra al BNG, por la izquierda el PSOE de Iván Puentes le quita otro.

Tiempo tendrán todos de analizar estos datos y extraer conclusiones. Con la pérdida de dos concellerías, el BNG de Lores deberá comprobar dónde ha perdido apoyos y por qué. En campaña, el equipo del alcalde habló de una pinza entre PP y PSOE. Esa pinza funcionó en las urnas, y aunque el PP sea el vencedor y el PSOE pueda presumir de romper el techo de Tino Fernández, ni Rafa Domínguez se acerca demasiado a la absoluta, ni Iván Puentes al ansiado sorpaso, que le queda lejísimos. La correlación de fuerzas entre socios del Gobierno habrá de equilibrarse, no queda otra. No es lo mismo un 11-4 que un 9-5. En ese contexto, Lores y Puentes habrán de trabajar seriamente para alcanzar un acuerdo y para recomponer una relación que ha sido dura en los últimos meses y cruenta en campaña.

Hay cosas que no cambiarán: Lores seguirá gobernando Pontevedra otros 4 años, Domínguez seguirá como jefe de la oposición y el PSOE seguirá siendo el socio minoritario del Gobierno. Y cuando acabe este próximo mandato, nos vemos otra vez y comentamos. El pueblo ha hablado y el pueblo sus motivos tendrá para hacer lo que hizo. Eso exactamente es la democracia. Pero tomar, todos deben tomar buena nota, en especial el BNG, porque cuando el pueblo habla es conveniente escuchar, especialmente cuando te llaman la atención. Tampoco es una bronca monumental: dejémoslo en una buena regañina y un castigo no muy severo pero doloroso.

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