Opinión

La pinza y San Sebastián

DE JÓVENES, cuando el blanco y negro, todo era más sencillo. La vida se presentaba en soluciones binarias: natural o azucarado, Beatles o Rolling, entero o desnatado, Coca-Cola o Pepsi, Fanta o Kas, naranja o limón, Raphael o Julio Iglesias, Gordon’s o Larios, Diana Spencer o Camila Parker, monarquía o república, derecha o izquierda, pop o rock, gasolina o diesel. Había dos opciones para cada cosa y las decisiones eran relativamente fáciles. Luego, pasado el tiempo, todo se complicó. Llegó el color y con él las posibilidades. De pronto la vida se llenó de de variantes. Uno iba por la vida y ya todo eran marcas raras y hamburguesas de pavo, punk, kiwis, paté al queso roquefort, semidesnatados, rap, gasolina sin plomo y yogures de galleta. Todo estupideces que solamente sirven para hacernos perder el tiempo tomando decisiones.

El viernes pasado, sin ir más lejos, se inauguraron unas jornadas de emprendedores y se subieron al escenario diez personas, cada una con un discurso. Antes para estas cosas había un par de intervenciones y eran más que suficientes. Llegaban dos autoridades y uno escuchaba y luego decía: "Me ha gustado más tal discurso". Ahora ya no. Nos dan a elegir entre diez, lo que convierte el acto en algo surrealista y tedioso. Por si fuera poco, el asunto se llama Pont-Up Store. Estamos cada día más locos.

Hasta hace seis o siete meses se salvaba la política, que en Galicia ofrecía tres posibilidades, todo un exceso: PSOE, PP o BNG. Era justo, pues ellos a su vez tenían tres opciones para decidir cada cosa. A favor, en contra o abstención. Eso les permitía votar a cada uno algo diferente a los otros dos. También eso cambió en mayo. Con cinco grupos, sea cual sea la combinación, es imposible no votar una cosa que también vote otro, lo que provoca graves tensiones. Todos se acusan a todos de hacer pinzas con todos y de venderse al adversario. Cada vez que uno vota lo mismo que el BNG llega alguien y lo acusa de venderse a Lores; y cada vez que vota en contra le acusan de aliarse contra Lores. Un sinvivir que tiene varias posibles soluciones. Al menos tres.

La primera sería aumentar las opciones a cinco, para que cada grupo pueda votar una cosa diferente. Además de los votos a favor, en contra y la abstención, se puede añadir el "depende" y el "a ti qué te importa". Otra solución, una variante de la anterior, sería la que se utiliza cuando nos hacen una encuesta: valore de cero a diez la necesidad de dinamitar ENCE, siendo cero nada necesario y diez absolutamente necesario. Cualquiera de estas dos soluciones permitiría que ningún voto coincida con otro, desapareciendo así las suspicacias.

La tercera opción es la que más me gusta. Consiste en recurrir a San Sebastián, patrón de esta ciudad, para que solucione los asuntos más graves, tal como nos cuenta Leoncio Feijoo en su recomendable libro preciosamente editado, ‘El voto a San Sebastián en Pontevedra’, que nuestros concejales comprarán para saber cómo se resuelven estas cosas. Así podrían dejar temas como el de ENCE o el PXOM en manos del santo. No veo el problema, por si alguien está pensando que es una estupidez. Antes se hacía. Si había que poner una farola, se ponía una farola, pero cuando llegaba una epidemia se dejaba el tema en manos de San Sebastián, lo que de paso permitía a las autoridades desentenderse. Si moría la tercera parte de la población, las otras dos terceras partes quedaban muy agradecidas de haberse salvado y los concejales que sobrevivían eran felicitados por encomendar la solución al santo.

Los lombos de Montecelo, por ejemplo. Se podría, como antaño, sacar al santo en procesión, cargado por "jóvenes de lo más escogido del pueblo, con un entusiasmo y vocación verdaderamente edificantes", como nos cuenta el libro. Así veríamos si al día siguiente aparecen o desaparecen lombos, evitando las pinzas. O el PXOM. Hacemos una rogativa y si San Sebastián nos redacta un nuevo PXOM lo enviamos a la Xunta, que no pondría reparo alguno. Si por el contrario San Sebastián no complace a los concejales de la oposición y no redacta el PXOM, nadie acusará a Marea de hacer pinza con el PP, ni a C’s con el PSOE. Es que con todos haciendo pinza contra el BNG y todos vendiéndose a Lores, según el día, la medicación de los trece concejales de la oposición está a la vuelta de la esquina.

Se me ocurre, así divagando, que igual podríamos organizar carreras de santos. Invocamos también a San Roque, otro de nuestros grandes protectores, y le montamos una competición contra San Sebastián. Dos grupos de jóvenes entusiastas, elegidos entre lo más granado de nuestra corporación, podrían salir desde San Bartolomé hasta Montecelo, cada uno de ellos encargándose de un santo. Si gana San Roque, ponemos los lombos; si San Sebastián, los quitamos. Con eso volveríamos a las opciones binarias que tanto nos facilitaban la vida. Louzán y Abel Caballero han sido imputados por la Operación Patos. Deberíamos ir pensando en devolver el agua al estanque de Las Palmeras , por lo que pueda suceder. Ésa es mi opinión sobre el asunto.

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