Opinión

Trotando por la campaña

Sospecho que la campaña de Goyo Revenga al frente de Ciudadanos será aburrida, sobre todo para él. Por tener no tiene ni una triste Rafaneta para entretenerse él y distraer a sus votantes. Tampoco tiene un proyecto para Pontevedra, más bien cuatro ideas sueltas. Con eso va sobrado porque la campaña se la harán entre Albert Rivera e Inés Arrimadas, que es la loca de los gatos de Ciudadanos. Ahora que se va al Congreso la veremos desde el estrado sacándose gatos de la ropa y arrojándolos sobre los diputados de Bildu.

Revenga tiene una ventaja: los votantes de Ciudadanos no son mucho de cosillas municipales. ¿Para qué van a arreglar su pueblo pudiendo arreglar España entera? Por eso no necesitan un proyecto, porque votan a una marca y esa marca no va del todo mal. La pasada noche en la pegada de carteles el espacio de Ciudadanos estaba más bien desangelado por eso, porque para votar a una marca es una tontería escuchar al candidato. En justicia hay que añadir que aunque hubiera querido Revenga montar un proyecto, le hubiese resultado imposible, porque lo confirmaron como candidato hace exactamente cuatro minutos, y en cuatro minutos, desde que murió Jesús Gil, no hay nadie capaz de hacer nada. Tuvo la suerte también de que María Rey aceptase la imposición, aunque de mala gana, de ser su número dos. Eso frenó una previsible fuga de votantes, pues los Ciudadanos de Pontevedra son muy de querer a María Rey.

Revenga aspira a sacar dos concejales y puede lograrlo. No más, tampoco exageremos, pero dos sí. En las elecciones generales su partido estuvo cerca de pasar al PP y eso siempre tira hacia arriba las expectativas de todos sus candidatos. Así que Revenga optará por una campaña discreta, que es la que más le conviene y la que le salvará de cometer los errores propios del principiante. Cuanto más destaque más posibilidades tiene de perder apoyos. Le pasaría como al alcalde de Estepona, que inauguró ayer un tobogán enorme y la primera señora que bajó por ahí se estampó la cabeza contra una curva y aterrizó abruptamente sobre una superficie de grava.

Revenga es un buen candidato, a pesar de todo, al menos para el partido en el que milita, donde a los líderes locales se les pide que hablen lo menos posible, no vaya a ser. Es persona seria y discreta, no muy dado él a la teatralización de la vida política. Y eso tampoco viene mal, que siempre hace falta a alguien por ahí que se tome las cosas en serio, algo que en la oposición se ha echado en falta últimamente, con honrosas excepciones que usted conoce, para qué nos vamos a buscar un lío.

Así que Revenga hace lo que le conviene, que es una campaña minimalista y en voz baja. La empezó al trote y así la llevará hasta el final. No lo veremos haciendo performances ni cosas raras, que además no son de su estilo. Tiene poco que perder, también es verdad. Si logra dos actas, el mérito será suyo y volverá a sentar a Rey en el salón de plenos; si conserva una también le vale. Lo único que puede perder es lo que logró María Rey hace cuatro años, en cuyo caso bien podrá culpar al partido.

Comentarios