Opinión

"Así ¡no!"

Sé que es muy complicado hacer deporte con mascarilla, pero yo el domingo pasado lo tuve que hacer, porque la gente no respeta la distancia de seguridad

HOY DÍA 10 de mayo es el día en el que se celebra la santidad de Job, Patriarca de Israel, venerado en el Islam y en el Judaísmo, pero para los católicos especialmente, modelo de paciencia; el mismo al que se encomendaba mi madre cuando estábamos los tres hermanos en casa; y al que tendré que encomendarme yo, ya que con tanta semana de claustro, (así como lo llevé bien hasta ahora), en estos momentos se me empieza a hacer cuesta arriba.

Este pasado miércoles se volvía a prorrogar el Estado de Alarma nacional; y he de confesar que no las tenía todas conmigo a la hora de abogar por 14 días más, asumo que lo que ya casi se está convirtiendo en una historia interminable, y ante el pase a la fase 1 de la llamada desescalada, quizá haya sido lo mejor. Uno cuando se confunde tiene que admitirlo, y yo así lo hago.

Porque sin dejar de lado la otra crisis que se nos viene encima, y que también el pasado jueves la Unión Europea informaba del peor escenario económico desde el final de la 2ª Guerra Mundial (que dicho sea de paso antes de ayer, se conmemoraba los 75 años del día de la Victoria) , y con un panorama desconocido en el que de media el PIB caerá en Europa un 7% este año, pudiendo ser la cifra mayor en países más castigados por el devastador coronavirus, como España, Grecia e Italia; está claro que la salud de las personas sigue siendo lo más importante en estos momentos. Para muestra un botón, el caso de la Comunidad de Madrid.

Pero hoy no escribiré ni de Europa, ni de España ni de Madrid, hoy toca Pontevedra, de cómo deberían de estar cuidando de la salud de sus vecinos desde el Ayuntamiento.

Porque esta cuestión debería haber estado desde el principio de esta pandemia en el punto uno de importancia sobre la mesa del jefe del consistorio municipal (porque además es sanitario y de esto sabrá algo más que los que no lo somos); o cuanto menos de serlo en la del concejal de turno cuando comenzaron los primeros conatos de desescalada y la gente comenzó a salir a la calle por turnos y edades, y prestando especial atención en el horario de máxima afluencia (el primer y el último turno del día); porque además el segmento de edad desde 15 a 69 años (ambos que edades incluidas), es el más numeroso de la población. Personas como yo, colectivo de riesgo, y que precisamente por ello tenemos que salir a hacer ejercicio (no a pasear) al menos una hora al día por prescripción facultativa, nos está costando muy mucho adaptarnos a la sin razón que ocurre a partir de la ocho de la tarde, por zonas verdes y con campo como son los márgenes del Lérez y la Isla de las Esculturas. Bueno y ya no digamos nada del domingo a las ocho de la mañana que aquello parecía la salida de los toros en las fiestas de la Peregrina, o cuando menos hordas desatadas al finalizar un concierto de los Rolling Stones.

Sé que es muy complicado hacer deporte con mascarilla, pero yo el domingo pasado lo tuve que hacer, porque la gente no respeta la distancia de seguridad, ni la protección facial, que a la hora de practicar ejercicio, los dos metros nos on suficiente, pues nada, lo arriba indicado, una feria parecía aquello. Volví a bajar esta semana creyendo que las cosas habían mejorado, y tuve que volver a casa, porque el tema seguía igual.

En lo que respecta a la vigilancia (visto lo irresponsables que somos la ciudadanía), a la policía local no está ni se la espera; yo por lo que he visto y vivido las veces que bajé al río. Eso sí a esa hora punta de la tarde noche, (no recuerdo que día de esta semana porque una pierde la noción del tiempo, no sé si a ustedes les pasa igual), éramos cuatro gatos por la calle García Camba con bolsas del supermercado, y pedían los tickets. No me lo ha dicho nadie, lo viví yo.

A lo que vamos, la responsabilidad de la gente es directamente proporcional al caso que nos hacen los que mandan en esta ciudad, y así no podemos seguir; porque pocas veces he visto yo al mandatario municipal (o persona en quien delegue) el interesase por la gente o incluso el dar ánimos en una época en la que la gente lo ha pasado muy mal.

De las últimas intervenciones y salidas en prensa me suenan la presentación de la canción himno para la recuperación de Pontevedra; así como la que fue anunciada a bombo y platillo con el objeto de estudiar las nuevas demarcaciones de terrazas y veladores, (como no puede ser de otra manera, ya que la hostelería de esta ciudad necesita reactivarse ya); aquí me da la sensación que azuzado por el trabajo que desde inicio del confinamiento viene realizando la concejalía de Yoya Blanco, que me consta, no ha parado de videoconferenciar con representantes y miembros de los colectivos que gobierna; a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.

Pues entre esas tareas que quedan pendientes, y con la fase 1 que comienza mañana, yo les rogaría que además de poner la vigilancia suficiente en las horas de mayor afluencia en la calle, dividiesen la ciudad en sectores para que todo el mundo pueda disfrutar manteniendo la distancia de seguridad y la salubridad; para lo que tienen a su disposición y para nuestra tranquilidad, unas rutas definidas en un instrumento muy efectivo, el Metrominuto, genial idea de Antón Prieto cuando era jefe de protocolo y comunicación del ayuntamiento de Pontevedra. En base a ese documento, por ejemplo, la ciudad se podría dividir en dos, para los que pasean y para los que hacemos ejercicio, y además con salida al río para todos. Es mi humilde aportación, solución que quizá no sea la mejor, pero al menos es una.

Mañana damos un paso adelante, el uso de mascarilla debería ser obligatorio al entrar en los locales comerciales; ¡porque tenemos y debemos entrar!, ya que la recuperación de nuestra vida comienza por la de nuestra ciudad y la reactivación de la economía local, y ello pasa por comprar todo aquello que necesitemos en las tiendas de siempre que a partir de mañana ya estarán abiertas al público, en la mayoría de los casos.

Y por favor, vigilen algunos supermercados (que por la afluencia de personas es un lugar propio al contagio masivo), porque aquí sí que no hay excusa, y el uso de guantes y mascarilla debería ser obligatorio para acceder a estos establecimientos; al tiempo que deben existir geles y guantes a disposición de los clientes desde la entrada, y no bolsas que hacen de nuestras manos muñones que impiden un adecuado tratamiento de los productos.

Mañana Galicia entera entra en la fase 1 de la denominada “desescalada, no vayamos a desandar lo andado ni a desaprender lo aprendido. Debemos de ser más responsables que nunca, y la verdad haciendo lo que estamos haciendo hasta ahora… ¡ASÍ NO!

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