Opinión

'Balmis'

En esta cuarentena ya superada no he leído mucho sobre el tema del que hoy escribo, y aunque las noticias más importantes son las que tienen que ver con la salud, la vida y la muerte de tantas personas en España, humildemente considero que también hay que hablar de otras cosas, y en especial cuando están tan vinculadas con Galicia como lo está la expedición dirigida por el Doctor Balmis

MUCHOS DE ustedes y al igual que yo ya están familiarizados con la Operación Balmis, al menos con el nombre del mayor despliegue militar en la España de la democracia, cuyo objetivo común es el de frenar al devastador Covid-19; y en donde y de nuevo las mujeres y los hombres que conforman nuestras Fuerzas Armadas españolas ejercitan con entrega y compromiso su expansión que llega a todo el territorio español estando presentes allí dónde se les necesita, demostrando su vocación de servicio a la sociedad, y haciéndolo desde el minuto uno de la declaración del Estado de Alarma Nacional haciendo más visible en nuestras ciudades y pueblos, la labor encomiable que desde siempre vienen desarrollando con una capacidad de sacrificio innegable, transformándola en algo cercano y familiar.

Y al igual que ocurre en todas las misiones en las que participan nuestras Fuerzas Armadas los efectivos muestran en su brazo un parche distintivo y representativo de la misma; y como era de esperaren esta misión tiene el suyo.

El parche lo preside el alias elegido para la misma, Operación Balmis, y a pié del mismo el lema #loparamosunidos; y en su interior cada uno de los 6 escudos de unidades militares que participan en esta misión, es decir, el del Mando de Operaciones de las Fuerzas Armadas, el del Ejército de Tierra, el de la Armada, el del Ejército del Aire, el del Cuerpo Militar de Sanidad Militar y el correspondiente a la Unidad Militar de Emergencias. Y en el medio el medio 6 brazos unidos que representan la unidad de lucha de esas 6 unidades militares.

Aunque a mí me recuerdan a los héroes principales que participaron en la primera misión humanitaria en la Historia de España capitaneada por el médico militar al que se le rinde homenaje a través del renombre de esta operación; porque los apodos que la burocracia militar idea para designar las actuaciones de las Fuerzas Armadas (como en este caso) a veces son explícitos, otras crípticos, pero casi nunca son elegidos al azar.

En esta cuarentena ya superada no he leído mucho sobre el tema del que hoy escribo, y aunque las noticias más importantes son las que tienen que ver con la salud, la vida y la muerte de tantas personas en España, humildemente considero que también hay que hablar de otras cosas, y en especial cuando están tan vinculadas con Galicia como lo está la expedición dirigida por el Doctor Balmis.

Año 1803. En España reinaba Carlos IV, monarca que sufraga la primera misión humanitaria militar española que dirige el médico de la Corte, el alicantino Francisco Javier Balmis junto a su colega Josep Salvany (que por cierto murió vacunando). Objetivo, la vacunación masiva de niñas y niños a lo largo del imperio (América y Filipinas), ya que su concienciación sobre el tema era debida al fallecimiento de su propia hija, la infanta María Teresa, a causa de la viruela.

Es así como aquel 30 de noviembre de 1803 parte del puerto de La Coruña y en un velero de nombre María Pita, "el viaje más memorable de la Historia que salvó el mundo", palabras de Javier Moro que en su novela A Flor de Piel narra esta heroicidad; que no es otra que la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna.

Pero los Doctores Balmis y Salvany no iban solos; la expedición la componían 37 personas, entre las que además de tripulación se incluía personal sanitario; como la primera enfermera que participaría en una misión internacional (considerada como tal por la OMS, la Organización Mundial de la Salud), y que fue incorporada a la expedición vía Decreto Real de 14 de octubre de 1803 en donde versaba: "Conformándose el Rey con la propuesta de V.M. y del Director de la expedición destinada a propagar en Indias la inoculación de la vacuna, permite S.M. que la Rectora de la Casa de Expósitos de esa ciudad sea incorporada en la misma expedición en clase de Enfermera"; y a Isabel, entonces rectora del Orfanato de la Caridad de La Coruña, le acompañaban por 22 niños de entre 3 y 9 años (entre los que se encontraba el hijo de Isabel, Benito Vélez que formaba parte del grupo de 9 años); 11 de la Casa de Expósitos de La Coruña, 5 de Santiago y 6 de la Casa de Desamparados de Madrid, los cuales y con su correspondiente hatillo viajaron al nuevo Mundo y demás territorios de ultramar confinados en un velero de 30 metros de eslora para llevar la vacuna de la viruela y así salvar al mundo. Y la vacuna la portaban en sus brazos.Si esta proeza la hubiesen hecho americanos o ingleses, hasta la última personal del último rincón del correspondiente país al menos conocería algo de esta historia. Pero como siempre ocurre en España estas hazañas históricas son del conocimiento de pocos; y les confieso que a mí me emociona especialmente cuando leo o escribo sobre esta hazaña, ya que lo primero que me viene a la cabeza son esas 22 criaturas, de los cuales uno falleció durante el viaje y los demás nunca volvieron a Galicia.

En primer lugar mi reconocimiento y agradecimiento infinito a las Fuerzas Armadas Españolas por su trabajo encomiable en esta pandemia que nos está tocando vivir; exactamente como al resto de colectivos que ya he citado en otras ocasiones, y para los que vuelvo a solicitar sin excepción y en la categoría que les corresponda, la Orden Civil de Sanidad, ya que es la máxima condecoración española que se concede, como honor, distinción y reconocimiento públicos, para premiar méritos, conductas, actividades o servicios relevantes o excepcionales en el ámbito de la sanidad; y que curiosamente tiene su origen en la Cruz de Epidemias establecida por Real Orden de 15 de agosto de 1838, rubricada por S.M la Reina Isabel II de España.

Pero no quisiera finalizar este artículo de opinión sin dejar de mentar el acierto del Mando de Operaciones de las Fuerzas Armadas con el diseño del parche que portan cada uno de los participantes en la misma y por varios motivos: en primer lugar por el lema tan cercano #loparamosunidos; en segundo lugar por los 6 brazos unidos en el centro del mismo, y aunque en palabras del Jefe de Estado Mayor de la Defensa, general Villarroya es del brazo que sale de cada escudo agarrándose unos a otros como símbolo de unidad, a mí me vino a la cabeza un homenaje a los brazos que portaban la vacuna de aquellos 22 pequeños; y por supuesto la elección del nombre, en reconocimiento al trabajo y memoria de quien ya entonces representaba la práctica puntera militar española dentro del cuerpo de sanidad, el doctor Balmis.

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