Opinión

Este cuento, ¡No me lo creo!

EUROPA  APREMIA y así, a prisa y corriendo para cobrar los 10.000 millones de euros del cuarto pago de los Fondos Europeos de "rescate" que han de llegar a España, sin luz ni taquígrafos y a la brava por Real Decreto Ley, con el aval de Unidas Podemos, y el plácet de CC.OO. y UGT, el presidente Sánchez reunía de urgencia a su gabinete en un consejo de ministros extraordinario este pasado jueves en el que, aprobaban el RDL 02/2023, de 16 de marzo , el "de la reforma de las pensiones".

También como de costumbre anunciando "a bombo y platillo" en su página web oficial, la mejora de su equidad y sostenibilidad del sistema público de pensiones. Con la euforia de un "xiareiro" el ministro Escrivá vendía la excelencia del documento legal que garantiza las pensiones hasta 2070… Llegado este momento he de agradecérselo ya que si sigo en el mundo de los vivos continuaré recibiendo mi pensión a mis 101 años… ¡No se lo cree ni él! Lo cierto es, que a los que sienta cada semana el presidente en consejo de gabinete, si como ministros dejan mucho que desear, como "omerciales" son de matrícula de honor, ya que saben vender y venden ¡cómo nadie!, "un flotador a un pato". Con lo que no cuentan es que existimos patos que no necesitamos flotador y así lo manifestamos. Vamos por partes.

En primer lugar, es difícil de entender la algarabía y regocijo, teniendo en cuenta que su proyecto no cuenta con el primer partido de la oposición, ya que las pensiones es una cuestión "de Estado", y tampoco con el respaldo de los empresarios, al fin y a la postre los creadores de empleo…

En segundo lugar, hablando de empleo, de lo peor que tiene esta reforma es que parece no tener en cuenta el 13% de desempleo en nuestro país, por cierto el más alto de la Zona Euro. Es decir, sin un número importante de personas trabajadoras cotizando a través de sus nóminas, ya que las pensiones de cualquiera de los regímenes que integran el sistema de la Seguridad Social se nutren principalmente de esos impuestos que pagamos todos, esto no funciona… Pues parece que como de costumbre, miran hacia otro lado, suman y siguen sumando deuda y despilfarrando el dinero "que no tenemos" como si de "confeti en una cabalgata se tratase. Por cierto, hablando de dinero; este pasado 2022, el gasto global de las pensiones en España fue de 171.165 millones de euros, lo que supuso un 11,7% de nuestro PIB; para este 2023 los Presupuestos Generales del Estado cuentan con un total de 485.986 millones de euros, de los cuales se destina a las pensiones es el 41,8% del total, es decir: más de 203.000 millones de euros. ¡Ahí lo dejo!

Pero más preocupante que todo esto es el gasto público exacerbado de este Gobierno de España que, cerró 2022 con 1,5 billones de euros (un billón es un millón de millones), 75267 millones de euros más que en 2021 y estableciéndose, así nuestra deuda en 113,1% del PIB español. Así, la deuda sigue incrementándose en más de 200 millones de euros al día (211,80 millones), casi 1.500 millones a la semana, 6.000 millones al mes, (desde que llegó el gobierno del presidente Sánchez. O visto de otra manera: cada minuto, el Gobierno aumenta la deuda en casi 150.000 euros. ¿A esto le llaman sostenibilidad del sistema público y, por ende el de nuestras pensiones?

Sumo y sigo, el dinero que nos viene de los Fondos Europeos no es de "moquenque" y perdonen la expresión tan coloquial; ya que la gran parte del total deberá de ser devuelto a Europa desde cada país miembro, como en el caso de España; aunque conociendo el proceder despilfarrador de este gobierno le dará igual, porque la fecha límite de devolución es el 31 de diciembre de 2058… ¡Vayan ustedes a saber dónde está el mundo, Europa y España en esas fechas al paso que vamos!

A todo lo expuesto hasta ahora, hemos de añadir que si el ministro Escrivá se mostraba este pasado jueves seguro de que esta reforma de pensiones no requeriría ajustes en el corto o medio plazo por parte de futuros Gobiernos porque está "bien diseñada"; en distintos medios de comunicación económica de certificada solvencia, destacaron informaciones emitidas por acreditadas fuentes de su ministerio, las cuales no descartaban que se tuvieran que producir algunos cambios. De hecho, estas fuentes consideraron que "no sería ninguna excentricidad", por ejemplo, la posibilidad de estudiar, tal y como ha pedido la patronal, la financiación de parte del sistema con una figura impositiva finalista. Asimismo, estas fuentes también admitieron la posibilidad de tener que renegociar la política de inversiones del Fondo de Reserva de las pensiones que, que ahora se invierte netamente en deuda pública española, a medida que este fondo vaya aumentando su cuantía…

Sinceramente creo que no estamos para seguir "haciendo experimentos con gaseosa" y «a todo meter" cuando se trata de cuestiones de Estado, de interés general y, viendo venir la jubilación de todas las personas que conformaron el "baby boom", (es decir, las nacidas entre 1957 y hasta 1977, en donde yo me encuentro y por ello me destaco especialmente), sin dejar de mentar la importancia que tiene el asegurar las de nuestros mayores, las personas que levantaron España. Una ley de este calado no se puede hacer a espaldas del mayor partido de la oposición y del resto de grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados que, les guste o no al Ejecutivo de Sánchez, también representan a la ciudadanía española. En este sentido el ministro Escrivá dijo estar abierto a tramitar este texto como proyecto de Ley para que todos los grupos pudiesen hacer sus enmiendas… ¡Cómo no! Con su mayoría lo tiene "muy fácil". No obstante, el vender solvencia y sostenibilidad, me da un "algo" a que todo está inmerso en la campaña de imagen para cuando Pedro Sánchez presida el Consejo Europeo, no porque sea el mejor, sino por qué le toca.

No sé cómo este gobierno ha podido "camelar" a Bruselas, ante el panorama de gasto a lo "serpentinas y papeluchos" y "sin ton ni son"; ante una España hipotecada en manos de la emisión diaria de deuda… Pero ahí está el ¡o.k.! A mí lo que me sigue preocupando el futuro de nuestras pensiones, porque este cuento… ¡No me lo creo!

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