Opinión

"De profundis"

Este pasado martes 15 de febrero ha sido un día "fundido a negro" en el mundo de la pesca. La desgracia batió muy duro en la península del "Morrazo", especialmente en el ayuntamiento de Marín, en donde la embarcación de pesca de altura "Vila de Pitanxo" tenía su puerto base.

La noticia del naufragio de este buque pesquero poco antes de las seis de la madrugada (hora peninsular española) en aguas de Terranova, deja unas consecuencias personales horribles; nueve muertos, tres rescatados y doce desaparecidos.

No quisiera continuar la escritura de este artículo dominical antes de expresar mi tristeza, mi dolor y todo mi cariño a las familias y seres queridos de los 24 tripulantes, de forma muy sentida y profunda a las de los fallecidos y desaparecidos, y lo hago en la persona de dos mujeres que, aun con el desgarro que deben llevar en su alma por la desaparición de su padre, han tenido el arrojo de dar visibilidad y voz a esas familias que ya nunca serán las mismas; me refiero a las hermanas de Pazo, a Lucía que inició una campaña de recogida de firmas para que no cesara la búsqueda de los desaparecidos y a María José que siempre ha sido una valiente, y no ha dejado de clamar ayuda del gobierno de España para forzar a de Canadá a que no abandone las actividades de salvamento marítimo. En esa misma línea mi más profundo pesar al armador Manolo Nores; al pueblo de Marín, en la persona de su alcaldesa María Ramallo; en definitiva a todas esas personas de la mar que, con su trabajo, se exponen a esos peligros titánicos para que los demás podamos comer.

Tenemos que ser conscientes, de una vez por todas, de los riesgos extremos que entraña esta noble profesión de la pesca en la mar, y siendo así cada día que miles de barcos salen a la marea en un entorno más cercano, imagínense ustedes en los caladeros de Terranova donde el frío extremo, los temporales impredecibles y, en donde barcos que, en puerto impresionan por su tamaño, sonmecidos por olas gigantescas, salpicados por sus gélidas aguas que cortan como el cristal al tiempo que, esas moles de metal, son vapuleados por las fuerzas de la naturaleza como si fuesen unos pequeños barcos de papel. Yo que he navegado en un gran bergantín goleta rodeada de olas de 5 y 7 metros, no me puedo imaginar el valor de estos héroes de la mar que se juegan su vía a diario.

Me cuesta digerir como barcos cruzaban y resistían en esas aguas hace siglos, porque ya partían desde España, como los balleneros vascos y no pocos buques gallegos. La gallardía de las tripulaciones, sólo sería comparable a la de soldados que se lanzan a la batalla con medios insuficientes, pero con unas ganas que superan todos los niveles de medición; bien porque lo llevan en la sangre, bien por necesidades económicas para sustentar a su familia. Como vuelva a oír a alguien decir que el pescado está muy caro, le voy a recordar un par de cosas, además de invitarle a que salga ella a pescarlo.

El viernes recibimos la noticia de la conversación que el presidente del gobierno de España mantuvo con su homólogo canadiense. Bienvenida sea, aunque considero que debió de hacerse antes, y tener informadas a las familias y a la empresa, y no tener que ser ellos los que contactaron con Canadá para tener la información, tal y como reconocía María José a los medios de comunicación, como pueden ver en el vídeo publicado en Diario de Pontevedra el pasado día 17, en dónde se mostraba indignada con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, el señor Planas. Porque como se dice en ese vídeo, Canadá no es un país del tercer mundo y, a lo que yo añado, que igual que España forma parte de la OTAN, por lo que las posibilidades de colaboración son mayores, y a mí no me ha convencido, en absoluto la respuesta del señor Trudeau, que ha manifestado que se reiniciará la búsqueda cuando mejore el tiempo … Oiga primer ministro canadiense, aun con ese tiempo hay decenas de barcos faenando en Terranova (como el "Playa Menduiña II" que fue el primero en acudir al socorro), no entiendo porque no acuden ustedes con sus buques especializados. Por ello cuando lean muchos de ustedes este artículo, yo ya estaré en la alameda de Marín donde hoy a la una de la tarde se celebra una concentración para pedir que vuelvan ya al rescate de lo que puedan rescatar.

Al menos lo que rodea a toda esta tremenda tragedia parece que va a "menos mal" y, me tranquiliza el saber que, hoy mismo sale un vuelo con destino al aeropuerto de Terranova para repatriar los cuerpos encontrados y los tres supervivientes. Se hará en un avión A400 de nuestras Fuerzas Armadas; para que ustedes lo visualicen, decirles que es un avión como los que fueron a Kabul para la repatriación de los españoles en Afganistán y de los ciudadanos de este país que colaboraron con España el pasado verano.

Yo que soy creyente, le ruego a Nuestra Señora del Carmen tenga ya, a los fallecidos en la Gloria Eterna y, a sus familiares y a las personas que más les querían le envíe el consuelo qué necesitan. A los no creyentes les pido de corazón que apelen su súplica al universo o a las leyes de la naturaleza.

A través de estas letras, "de profundis", mi humilde, sincero y sentido homenaje a todas las personas que trabajan en la mar y, de manera relevante a las que pierden su vida en ella.

William Arévalo Pérez, Ricardo Arias García, Jonathan Calderón, Juan Antonio Cordero Coro, Edwin Córdoba, Ricardo Alfonso Cruz, Rogelio Franco Damazo Cueva, Francisco De Pazo Villanueva, Juan Frías, Fernando González Martínez, Raúl González Santiago, Pedro Herrera Couso, Miguel Lumbres Cumpra, Michael, Daniel More, Diego Andrés More, Francisco Manuel Navarro, Edemon Okutu, Martín Quino, Fernando Santomé Ferradás y Pelungo Zure Apaanah.

IN MEMORIAN

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