Opinión

¡El día de los días!

Mañana yo también dejaré esa Escuela Naval Militar hasta el año que viene, dejando atrás un mes de arduo trabajo como reservista voluntario de la Armada Española, y me voy con un sentimiento de tristeza, porque cada mes en ese centro formativo a mí se me multiplica por 12 lo que aprendo, especialmente de las personas

PARA "las gentes de la mar" existe un día que "brilla más qué el sol", respetando esos tres jueves del año que el refranero nos confiere, y concretamente para nuestra Armada Española también. Ayer era ese día, y se cumplían 121 años de la festividad que vincula expresamente a la advocación mariana de la Virgen del Carmen con la Armada Española.

Amanecía con niebla, pero de esa que anuncia un día de sol sin excesivo calor (como los que hemos sufrido esta semana que hoy cerramos) aunque les puedo asegurar que al entrar en la Escuela Naval Militar de Marín a primera hora, el "fresquito" de la brisa dejaba paso a la efervescencia de felicidad que se empezaba a notar en el ambiente de las gradas sitas en la explanada del recinto, la que se palpaba en el ambiente.

Las caras de los 78 aspirantes de primero (de los cuales 7 eran damas alumnas), se navegaban, en cuestión de segundos, desde la emoción a los nervios, pasando por la responsabilidad y el compromiso que saben que van a adquirir y, aunque más experimentados tras finalizar los estudios en dicho centro militar, no por ello las emociones eran menos, me refiero a los 106 alumnos (de los que 8 son mujeres) que recibían el correspondiente Real Despacho que les nombra Oficial de la Armada Española; destacar que entre este numeroso grupo de oficiales, 5 corresponden a la Real Fuerza Naval de Arabia Saudí y 1 a la Marina de Guerra de Perú todos formados en la ENM fruto de los convenios entre España y países aliados, y que ahora se incorporarán a sus respectivas Armadas.

Para todas y cada una de esas 184 personas, el día de ayer fue uno de los más importantes de su vida, unos porque llegaban y otros porque se iban, y lo hacían acompañados de un numeroso grupo de familiares y amigos, ya que este año 2022 se cursaron 3.157 invitaciones.

Sea como fuere les puedo asegurar que la que les escribe, que no poco actos ha vivido un 16 de julio en la explanada de la escuela, como este… ¡Ningún otro! Quizá sea la receta que reúne ingredientes como "mucho anhelo de celebración" (tras 3 años de pandemia y post pandemia), "mucha ilusión en hacer las cosas con precisión" (este año la instrucción y el desfile se merece una matrícula de honor, teniendo en cuenta los ensayos a más de 39 grados estos pasados días), "mucha expectación ante la presencia del Juan Sebastián de Elcano" y "muchas ganas de que presidiese los actos S.M EL REY Felipe VI", al que personalmente le agradezco mucho que estuviese ayer.

Pero si a ello se le añade (comentario general) el discurso del Comandante Director Ilmo. Sr. Capitán de Navío Don Pedro Cardona Suances, durante el cual no se oyó ni el vuelo de una mosca, y nos mantuvo a todos expectantes hasta el final, sólo resta decir que fue la guinda que corona el pastel. Y traigo aquí un fragmento (aunque no textual) del mismo en dónde citó a "los clásicos", en donde hizo una diferenciación entre la autoridad y la potestad, como pocos pueden sintetizar, queriendo imprimir a fuego en la mente de los 78 nuevos alumnos y, especialmente a los 106 que inician su responsabilidad como oficiales de la Armada, que cosa distinta es aquello que legítimamente se te otorga porque lo has conseguido (potestad), a la distinción de determinadas personas basada en una serie de características morales e intelectuales que las destacan del resto (autoridad), esta última sí que hay que "sudarla", si me permiten la expresión. A mí me ha parecido una alocución excelsa desde el principio al final, pero el tratar sobre este constructo arquetípico que parece desmoronarse con en estos convulsos tiempos que vivimos, en donde "el progreso" consiste en romper con la tradición y el obviar cuales han sido las bases sobre las que se ha edificado la cultura e historia occidental, me ha parecido todo un acierto, además de un ejercicio nada exento de coraje.

De nuevo se pone en valor los pilares sobre los que se edifica el espíritu y la vocación del futuro oficial, cimientos que sostienen la formación integral de los alumnos y que permiten a la Escuela Naval Militar proporcionar a la Armada los oficiales que liderarán a los hombres y mujeres que han decidido formar parte de esta, para la defensa de España y de los legítimos intereses marítimos nacionales. Entre ellos, el Honor, Valor, Disciplina y Lealtad forjan el carácter de las damas y caballeros alumnos que se forman en este centro militar. Honor, como obligación viva y presente en su conciencia que debe llevarlos al más estricto cumplimiento del deber, independientemente de las circunstancias que los rodeen. Valor, para afrontar situaciones difíciles en cualquier ámbito. Disciplina, que ha de comenzar indefectiblemente por la auto exigencia personal y Lealtad, cuya primera manifestación es el compañerismo.

Mi más sincera felicitación al personal militar y civil que hace posible visibilizar en actos cómo este el colosal trabajo que desarrollan a diario en la formación de estos jóvenes, felicitación que puntualizo en la figura de su Comandante Director CN Cardona Suances para que la haga extensiva a todos sin excepción; la cual prolongo al equipo de la CRTVG que hizo posible la transmisión en directo de los actos y, con unos planos, nada fáciles de conseguir y que son una muestra del trabajo excelente del personal técnico de nuestra televisión pública.

Ahora bien, espero me permitan que la felicitación más especial sea para los tres números 1 de cada cuerpo, Alférez Alumno de Infantería de Marina Don Yago López Rey, Alférez Alumno de Intendencia Don Javier Álvarez Iglesias y por último y no por ello menos importante sino todo lo contrario, al Alférez de Fragata Don Gonzalo Rodríguez Casajús que, además ha sido el número 1 de toda su promoción. Mañana yo también dejaré esa Escuela Naval Militar hasta el año que viene, dejando atrás un mes de arduo trabajo como reservista voluntario de la Armada Española, y me voy con un sentimiento de tristeza, porque cada mes en ese centro formativo a mí se me multiplica por 12 lo que aprendo, especialmente de las personas. Pero también me voy satisfecha por el deber cumplido y el honor de poder vivir un año más entre ellos "El día de los días".

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