Opinión

El padre de la novia

ERA EL 5 de septiembre de 2002, y San Lorenzo de El Escorial amanecía con galas nupciales de fastos más acordes para el enlace de la hija del Jefe del Estado, que la del Jefe del Gobierno de España. Cientos de invitados, ostentación, júbilo y alegría para los protagonistas indiscutibles de esa jornada, los novios, aunque en este caso se une a la pareja el brillo del padrino, es decir, el padre de la novia.

Corrían tiempos buenos para España, y por lo que pudimos saber posteriormente, para algunos más que otros, me refiero a los que conformaban la “corte” del padrino de esa boda; que por otro lado y a la vista está, quizá no tuviese conocimiento alguno del contubernio.

Pero el pasado jueves se dictó sentencia de la trama Gürtel (correa en alemán), denominada así en alusión al principal cerebro de la “familia de delincuentes” que operaban sine díe, y sin importarles un ápice el daño que ya le estaban haciendo al Partido Popular que entonces, presidía el padrino de aquella boda.

Sin tiempo no era, sobre todo, para poner ya punto y final a uno de los peores episodios de la historia del Partido Popular, que en palabras de Francisco Correa al inicio del juicio oral de la conocida componenda, sostenía ante el Tribunal que, “todo se vino abajo en cuanto Mariano Rajoy, tomó posesión como presidente del Partido Popular”. Con esto creo que queda todo dicho, aunque algunos parecen no darse por enterados.

Y no habían pasado ni 24 horas de darse a conocer la sentencia que ahí estaba el de siempre, de nuevo al acecho de su presa, y a su juicio quizá ya herida de muerte, lo que le facilitaría el ataque poniendo en práctica la posibilidad que le confiere el artículo 113 de la Constitución Española, que no es otra cosa que el planteamiento de una moción de censura al Gobierno. Así, el viernes 25, el grupo socialista en el Congreso de los Diputados con el candidato Pedro Sánchez, registra la moción de censura en el Congreso de los Diputados. A mí me da que esto es lo más parecido al “ansia viva” parodiada por un conocido un cómico español, al disparate, y a la falta de respeto a las españolas y españoles, que a una responsabilidad a la altura de un líder de estado por mucha oposición que diga capitanear.

Puedo llegar a entender las ínfulas gubernamentales del señor Sánchez, como las de cualquier otro líder político, pero sea usted consciente del numero de diputados que tiene, y del cariz que debe tener toda moción de censura

Pues sabe qué le digo señor Sánchez, muy mal hecho, y aunque le ampara el derecho, lo que usted está haciendo deja entrever que España no es lo único que importa, lo que a usted le importa es usted, y no le duelen prendas al poner de nuevo en jaque la estabilidad de España, y hacerlo en un momento muy complicado, en el cual, sigue en contienda la unidad del país, que tan bien parecía usted defender en las escenificaciones de estos días pasados en las reuniones mantenidas con el presidente Rajoy, en donde protagonizaba a un hombre de Estado; y digo “protagonizaba”, porque a una que peina canas, me llamó la atención en demasía, y porque soy de las que piensa que tras una calma semejante, se acecha la gran sacudida, como así fue.

Evidentemente que los gobiernos de Rajoy han tenido sus sombras, pero bien es cierto que imperan el sinfín de luces que levantaron España de la peor de las crisis de nuestra historia reciente. Que este Gobierno actual crea 2000 empleos al día, que suma 4 años de crecimiento y recuperación de la economía, y que ha vuelto a colocar a nuestro país en uno de los mejor situados en Europa y en el mundo.

Y con relación al buen gobierno añado, que la sentencia de la trama Gürtel no ha condenado a ningún miembro del actual gabinete, ni a su presidente; y la responsabilidad que le confiere la sentencia de este caso al Partido Popular, es civil no penal. Pero ahí está de nuevo el espontáneo, para saltar al ruedo por un minuto de gloria. Pero los pies del tiesto no solo los ha sacado del PSOE; ipso facto se unía al coro disonante el proletario comprador del chalé de los 600.000€, sí Pablo Iglesias, el cuestionado líder de “Pudimos”. En segundo lugar, destellos naranjas en el escenario clamando elecciones generales; pues que quieren que les diga, a mí entre todo lo que me preocupa de esta situación, también me alarma y mucho, que alguien que pretende ser presidente del gobierno de España, Albert Rivera, no tenga conocimiento básico de la Constitución, la cual en su artículo 115 estipula la imposibilidad de una convocatoria electoral si está presentada, una moción de censura. O es que no se ha enterado de la presentación de dicha moción, cuestión grave, o desconoce las nociones básicas al respecto, más grave.

Por si esto fuera poco, el espontáneo Sánchez, le hace un brindis a los independentistas catalanes, a los cuales no hace mucho le dedicaba lindezas tales como “racistas”, cuando se refería al señor Torra. ¡De locos! Y para rematar la faena clama el apoyo de los nacionalistas vascos, los cuales y en esta misma semana, apoyaban la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado presentados por el Gobierno de Mariano Rajoy.

Puedo llegar a atender las ínfulas gubernamentales del señor Sánchez, como las de cualquier otro líder político, pero sea usted consciente del número de diputados que tiene, y del cariz que debe tener toda moción de censura, la constructiva; y no olvide lo inapropiado de la situación actual. “A río revuelto, ganancia de pescadores”, y ante esta máxima, de nuevo el “salto al redondel” de Don Pedro I “EL FÚTIL”, al cual desde aquí le digo, y es mi humilde opinión, que no debería lanzar las redes en donde no corresponde, porque la mar es traicionera.

No se confunda ni quiera confundir al “respetable”, porque la responsabilidad en la era donde imperaba el desorden y el caos, cuando los delincuentes (ya sentenciados), campaban a sus anchas lanzando sibilinamente sus redes, no es de este señor que preside hoy el PP y España; y aunque ha de ser tomado en consideración que tampoco ha sido condenado en la sentencia de esta causa, lo que sí es cierto, es que la persona que dirigía el partido y el entonces Gobierno, no era otro que el padrino de aquella boda en El Escorial, el padre de la novia.

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