Opinión

El retorno del rey

Don Juan Carlos vuelve en tiempo y a tiempo, vuelve como tiene que volver, sin causa judicial alguna, teniendo en cuenta que nunca estuvo imputado en «n-a-d-a», incluso en países del extranjero, en donde la «inviolabilidad constitucional» no tiene efecto

El titular elegido para este artículo de opinión dominical, no tiene nada que ver con el que corresponde al libro número 3 de la Trilogía del Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien, del mismo título; pero me parecía adecuado por la contundencia del significado literal ya que, somos muchos millones de españoles, me atrevo a decir que la mayoría, los que ansiábamos la vuelta a España de Su Majestad Don Juan Carlos I.

Y antes de continuar, me gustaría hacer una consideración protocolaria, ya que, no entiendo el tratamiento de Rey Emérito que se le confiere a Don Juan Carlos desde las distintas instancias del Estado español y, especialmente en medios de comunicación; yo que de protocolo algo sé, pero el constante uso del palabro me hizo dudar, acudí a expertos en protocolo institucional, los cuales me remitieron al texto que yo manejaba y que aquí les referencio, ya que según lo dispuesto en el Real Decreto 470/2014, de 13 de junio, que deroga parte del anterior de 1987, sobre régimen de títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes, el tratamiento correcto de Don Juan Carlos sería Rey Honorífico. Lo cito a modo de anécdota, que ya saben ustedes que me gusta incluir alguna curiosidad en mis artículos y, en este caso concreto a demás nos ilustra.

Hecha esta consideración formal, me parece estupendo que el Rey Honorario esté de nuevo en España y especialmente en Sanxenxo; dónde siempre se le recibe con un emotivo agradecimiento y cariño. Para muestra un botón, y así fue recibido con un abrazo de los que recomponen y se agradecen, personalizado en el que le dio el alcalde Telmo Martín, que lo recibió acompañado de miembros de su corporación local y de representantes de la oposición consistorial, en el acto de presentación del inicio de en la 3ª Regata del IV Circuito Copa de España 2022 clase 6m de vela celebrada en Sanxenxo.

Las gentes de Sanxenxo nunca le han dejado de querer y admirar, como millones de españoles, y allí estaba un numeroso grupo de personas arropándolo y manifestando su alegría por la vuelta de Su Majestad.

Don Juan Carlos vuelve en tiempo y a tiempo, vuelve como tiene que volver, sin causa judicial alguna, teniendo en cuenta que nunca estuvo imputado en n-a-d-a, incluso en países del extranjero, en donde la inviolabilidad constitucional no tiene efecto.

¿Ha cometido errores?, pues sí, es humano. ¿Han sido estos errores más destacados por la responsabilidad que ostentaba entonces como jefe de estado?, no seré yo quien mire para otra parte y lo niegue; pero quiero dejar muy claro tres consideraciones al respecto de la persona del Rey Honorífico.

La primera de ellas su aportación personal y, una dedicación absoluta en la construcción de una España en democracia que ha sido encomiable y alabada a lo ancho y largo del Mundo; casando voluntades e intenciones antagónicamente políticas y partidarias. Recordemos los Pactos de la Moncloa el 25 de octubre de 1977… Recordemos el trabajo de los Padres de la Constitución Española de 1978 y su papel en la construcción e implementación del mejor Estado en democracia, y liderando como nadie. A España ante el mundo como el mejor embajador; ni que decir tiene la repercusión de sus viajes de estado, cuyo beneficio directo ha dejado en nuestro país unos 75.000 millones de euros, casi 13 billones de las antiguas pesetas; ya que gracias a él, España volvió al mapa del mundo occidental libre y democrático.

En segundo lugar, el tándem perfecto que formó con Adolfo Suárez. Esa apuesta personal que iba más allá de sus funciones como rey; la que supo iniciar y fortalecer como nadie esperaba y cuyo resultado, fue el de la construcción de un doble liderazgo que crecía según se iba abriendo (no sin pocos problemas) España a la democracia superando aquella sombra que aún existía entre vencedores y vencidos, materializada en nuestra Democrática Constitución de 1978 y que tuvo un punto de partida de gran importancia que los que ya somos un poco mayores recordamos, aquel 9 de abril de 1977 , el Sábado Santo en el que el Partido Comunista de España fue legalizado.

En tercer lugar y no por ello menos importante, lo agradecidos que le tienen que estar esos que ahora piden tantas explicaciones, ya que gracias al trabajo de este hombre en aquella serena transición a la democracia en donde se contó con todos para conformar y solidificar una democracia que, les permite estar sentados como representantes del pueblo español en las Cortes Generales; me refiero a aquellos comunistas y socialistas que fueron legalizados en 1977, a aquellos asesinos de ETA (ex convictos) y personas que les han apoyado, a gente que ha atentado contra la integridad territorial de España, por ende nuestra Ley de Leyes y aquellos que se declaran abiertamente republicanos.

Todo lo que acabo de resumir y, en especial en el último párrafo, aunque parezca complicado de digerir para algunas personas como yo y especialmente en lo que atañe al entorno de ETA y los independentistas, como es legal y quiero seguir disfrutando de una tranquila d-e-m-o-c-r-a-c-i-a lo tengo que aceptar; de la misma manera que acepto, agradezco y pongo en valor, en primer lugar el papel extraordinario que jugó el pueblo español, pero sin dejar de lado el de la importancia de la labor de Don Juan Carlos que, como jede del estado entonces, escribió con mayúsculas el período de mayor estabilidad en la Historia de España. Y aprovecho la ocasión para refrescar los cerebros de aquellas personas que tienen memoria selectiva, recordarles la trascendencia de la posición en pro de la democracia de Don Juan Carlos y visibilizarla en el discurso a la nación que protagonizó aquella noche del 23 al 24 de febrero de 1981, plantando cara a aquel pequeño grupo de militares y guardia civiles golpistas que pusieron en jaque la vida en libertad de España y sus gentes.

Evidentemente cada uno de nosotros puede pensar lo que quiera, pero si hay algo que nos diferencia a los humanos, es que podemos y debemos ser justos en la medida de la inquina que circule por las venas de cada quién. Mi opinión queda rubricada con el debido respeto a todas las demás, pero con un respeto debido a la persona Su Majestad Don Juan Carlos el cual, está encantado de haber vuelto a España y, yo como muchos millones de españoles, encantada con El retorno del rey.

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